Permitirá identificar, también, cuántos árboles hay y dónde están plantados
23 ene 2024 . Actualizado a las 19:18 h.Hace ya unos años que Galicia intenta recuperar el cultivo del olivar. El problema, cuenta Xoán Couto, presidente de Proligal, la cooperativa que aglutina a una treintena de olivareros de la comunidad, «é que non hai técnicos que saiban de oliveiras realmente. O saber ancestral perdeuse e a situación dos coñecementos é tan pobre que é preciso empezar de cero». Ese es el germen de Oligalicia, el grupo operativo del olivar gallego que dirigirá un proyecto de investigación cuyo fin último es mejorar la producción de estos árboles. Para ello, investigará cuántos olivares existen en Galicia, dónde están plantados y de qué variedades son. También estudiará su fertilización, sus necesidades de riego y cómo se comportan ante los distintos climas y suelos, entre otras cosas.
Explica Couto que este proyecto de investigación está en el origen de Proligal. Porque uno de los motivos que llevó a estos productores a asociarse fue el de poner en marcha estudios que les ayudarán a definir cómo sus plantaciones podían ser más rentables. Contaron, para ello, con el apoyo de la Asociación Galega de Cooperativas (Agaca) y de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), ambas socias de este proyecto junto con el Centro Tecnolóxico da Carne (CETECA). «Cando constituímos a cooperativa, démonos conta de que as plantas non estaban rendendo o que deberían», añade Couto. Una situación que, en los últimos años, se repite también en otras zonas de España. Pero en Galicia, los productores eran conscientes de que «necesitábamos asistencia técnica para ordenar as nosas plantacións. Recoller datos de rega, de marcos de plantación e de fertilización para saber como tiñan que ser as novas plantacións e axudar a reconducir as antigas», explica.
En Proligal están convencidos de que el sector precisa recopilar toda la información posible sobre cómo se comporta el olivo y sus diferentes variedades en las distintas regiones gallegas. Y que todos esos datos es preciso «sistematizalos e poñelos en orde para que o sector dispoña de información fiable», insiste Couto. Así nació Oliogalicia, un grupo operativo que trabajará durante este año y el que viene para mejorar la producción de los olivares gallegos. El proyecto cuenta con un presupuesto de 179.955 euros, que están financiados por el Fondo Europeo Agrícola para el Desarrollo Rural (FEADER), el Ministerio de Agricultura y la Xunta de Galicia.
Según explican desde la asociación gallega de cooperativas, el proceso incluirá la toma de muestras de suelos, olivos y agua por parte de Proligal, que se analizarán en los laboratorios del CETECA. Los datos servirán para facilitar la redacción de los cuadernos de campo de las diversas variedades y para optimizar las tareas agronómicos de fertilidad del suelo y manejo de los árboles que conduzcan a una mejor producción. Agacal, por su parte, colaborará en la identificación de las variedades más aptas para ser implantadas en los campos experimentales. Agaca también es la encargada de liderar el grupo y ofrecerá el asesoramiento técnico necesario.
El mapa del olivo gallego
Otro de los objetivos de esta iniciativa será el de elaborar un mapa con las variedades de olivos, autóctonas y foráneas, que existen en Galicia, con el fin de caracterizar sus particularidades productivas y sus costes de producción y, según la zona y el clima, elaborar planes de enmienda y fertilización e identificar los sistemas de riego, de mantenimiento del suelo y de control de plagas idóneos. «Queremos facer o primeiro mapa coas plantacións que hai en Galicia, porque non sabemos cantos árbores hai, nin onde están, nin que extensión teñen nin de que variedades son», añade Couto. Solo saben que los únicos olivos que se conservan en la comunidad, aparte de los de la zonas de Quiroga y Ribas de Sil, son los que hay en los atrios de las iglesias y en los cementerios. Pero solo en el sur de Galicia. «Na parte norte de Galicia non hai ningunha igrexa que teña olivos e iso fainos pensar que na parte norte non é unha zona especialmente idónea para este cultivo», añade Couto. Habrá que ver si la investigación confirma esta dato.
Conocer las variedades más adecuadas para cada zona de la comunidad
Desde Proligal están convencidos de que este proyecto les ayudará a encontrar algunas respuestas a las múltiples preguntas que se hacen los productores gallegos cuando quieren realizar una plantación de olivos. Una de ellas es por qué determinadas variedades de olivo son altamente rentables en algunas zonas de Galicia, mientras que en otras no dan ni una sola aceituna.
«Hai produtores da cooperativa que teñen plantacións de determinadas variedades e recollen ben. E outros que teñen esas mesmas variedades noutras zonas e non collen nada», asegura Couto. Explica que el olivo puede tener problemas, por ejemplo, con las heladas, pues si estás se dan en plena época de floración no habrá cosecha. Tienen también problemas de hongos, pues Galicia cuenta con las condiciones de temperaturas suaves y humedad necesarias para su desarrollo. «O chan de Tomiño non ten nada que ver co de Ourense. Hai variedades que nunha zona se da e noutra non. Pois todos eses datos temos que recollelos e sistematizalos para saber como se teñen que facer as novas plantacións», insiste Couto.
Otro de los problemas que se encuentra el sector es la falta de técnicos que puedan asesorarlos., «Faltan coñecementos técnicos. A xente que nos pode asesorar chega dende fóra de Galicia e o problema é que o que vale para Toledo ou Andalucía non vale para aquí», argumenta. De hecho, asegura, la poda que se hace en estos árboles en el resto de España durante sus primeros años de vida, «en Galicia reventa as plantas e as agota». Andalucía, además, no tiene ningún problema con los hongos o hace un riego por encharcamiento que en Galicia no sería posible. Todas estas cuestiones, insiste Couto, son las que es necesario estudiar e investigar para ayudar al sector.