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Sensores para detectar incendios o una plaga en el monte

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

PACO RODRÍGUEZ

Asefoga confirma la utilidad de las nuevas tecnologías a la hora de prevenir el fuego o de ayudar a recuperar zonas quemadas

25 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué posibilidades ofrecen las nuevas tecnologías en la gestión del monte? ¿funcionan realmente los sistemas de sensorización a la hora de ofrecer información precisa? A estas y a otras muchas preguntas ha tratado de dar respuesta el proyecto Forestech, que la Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga) puso en marcha en el marco del programa de responsabilidad social corporativa de Ence. «O que demostramos con este proxecto é que é posible desplegar redes de sensorización, cun custe razoable para os propietarios, que permiten detectar parámetros climáticos e do chan», aseguró Jacobo Feijóo, responsable de Asefoga.

Realizar un control de los terrenos forestales y contar, en tiempo real, con información de diferentes parámetros de utilidad a la hora de implementar un plan de acción contra el fuego más eficaz no solo es posible, sino que es una opción sencilla y asequible para comunidades de montes y propietarios forestales. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los participantes en Forestech, «que estaba orientado explorar as posibilidades que teñen as novas tecnoloxías de comunicación no monte», añadió Feijóo. Explica que, por fortuna, los incendios forestales en Galicia e han reducido en los últimos años y se ha pasado de que ardieran una media de 20.000 hectáreas a una de 2.000 hectáreas. 

Sus trabajos comenzaron desplegando sensores en varios montes del municipio de Valga: un monte de castaños, otro de pinos y uno de eucaliptos, además de en parcelas con matorral. La idea era comprobar si estos sistemas pueden funcionar y ofrecer datos en tiempo real sobre las condiciones meteorológicas o incluso sobre el estado del monte, desde la humedad del suelo a la cantidad de nutrientes que hay en él. La idea era que, por un lado, estos sistemas ayudaran a detectar los incendios de forma temprana, para poder actuar cuanto antes y evitar daños mayores. También, ver las posibilidades que ofrecen en la recuperación de terrenos que han sido víctimas del fuego.

En ambos casos, la experiencia fue positiva, asegura Feijóo. Los nuevos sistemas permiten garantizar una intervención rápida y efectiva en el caso de incendio, pero también controlar la evolución de distintos parámetros de interés a la hora de implementar acciones de recuperación en terrenos quemados y de monitorizar la evolución de las parcelas forestales. El sistema conocido como Lora resultó ser el más eficiente. «Colocamos sensores para medir parámetros que nos interesan e este se conectan cunha antena de radio que manda un sinal a un módem. Aí xa temos todos os datos en internet», explica el responsable de Asefoga. El otro método, el que conecta los sensores directamente con las redes de telefonía móvil, no resultó ser tan eficaz, pues depende mucho de la cobertura del teléfono. 

Entre las ventajas de estos sistemas está que resultan asequibles, pues se  pueden encontrar desde 700 u 800 euros, dependiendo de las características de la parcela, y que también son fiables y robustos, además de que las baterías que incluyen son de bajo consumo y aguantan meses sin cambiarse. Pero es que, además, esta recopilación de datos abre una puerta muy interesante para seguir investigando. Porque con toda esta información se podían crear algoritmos que ayudaran a definir la velocidad de crecimiento de los árboles, la presencia de plagas y otra serie de alertas que resultarían de mucho interés para los propietarios forestales. 

El proyecto incluyó también una serie de acciones formativas y divulgativas sobre todas estas soluciones tecnológicas. También se redactaron y publicaron dos manuales, que están a disposición de todos los interesados. «Son unha serie de guías nas que fixemos unha recopilación de todas as tecnoloxías que existen para previr os incendios», cuenta Feijóo. Otro de los manuales versa sobre las pruebas que realizaron con drones y sensores multiespectrales para localizar terrenos que habían sido quemados y ver las zonas en las que estaban más erosionados. «Creemos que foi unha experiencia moi positiva que, ademáis, abre un campo de traballo que pode ser moi interesante», aseguran desde Asefoga. La entidad confía ahora en que esta experiencia permita extender el uso de estas soluciones novedosas, que abren nuevas vías para permitir una mejor protección y resiliencia de las áreas forestales gallegas y optimizar su restauración en caso de incendio.