Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

La galiña piñeira quiere ser raza autóctona para levantar el vuelo

M. Cedrón REDACCIÓN

GANADERÍA

Dos de los criadores de Agalpi sostienen un gallo y una gallina piñeira
Dos de los criadores de Agalpi sostienen un gallo y una gallina piñeira MIGUEL SOUTO

Este reconocimiento por parte de la administración, que ya tiene Galiña de Mos, supondría un impulso para los criadores a la hora de comercializar sus productos

17 jun 2019 . Actualizado a las 19:05 h.

Hace veinte años, Jesús García Rodríguez, un veterinario que trabajaba en la zona de Arzúa se sorprendió ante el plumaje de unas gallinas que durante sus primeros días de vida parecían disfrazarse de perdiz. Aquellas aves, llamadas por los vecinos «galiña do país», solían rodearse de un gallo de plumas fluorescentes que se pavoneaba erguido entre el séquito de hembras que lo rodeaban. Fue su afán por buscar una raza original el de punto de partida para la recuperación de una tipología de gallina autóctona que había quedado reducida por el desembarco de híbridos llegados del Reino Unido. Desde que Jesús García apostó por las primeras gallinas de plumaje anaranjado y pinta de perdiz han pasado más de dos décadas. Hace poco menos de un año un grupo de criadores tomó las riendas de la Asociación de Productores de Galiña Piñeira (Agalpi) para dar un impulso a la raza y lograr que a estas gallinas con ascendencia salvaje les concedan el título de raza autóctona. Son dieciocho explotaciones las que están bajo ese paraguas.

«A raza xa está morfolóxicamente documentada, pero agora estamos pendentes da tramitación burocrática», apunta Daniel Fernández, un productor de Arzúa que preside ahora Agalpi. Porque es ahí, en Arzúa, donde el colectivo tiene su sede en un local prestado por el ayuntamiento. 

Para estos criadores lograr que sus animales fueran oficialmente raza autóctona supondría un impulso importante a la labor que desarrollan. «Teríamos o amparo da administración igual que o ten agora Galiña de Mos. Agora para ser unha explotación artesanal tes que ter un veterinario de explotación, facer controis sanitarios, controis de salmonelose para poder envasar os ovos ou metelos no circuito de comercialización de xeito legal. Non pasa aínda que non sexas raza autóctona porque os podes facer pola túa conta ou estar nunha asociación como a nosa, pero ao ser raza autóctona xa che fan todo eles. Non hai que facer a analítica, chamar ao veterinario para que a avale...», explica José Ramón Cillero, un productor de Vila de Cruces. 

Pero Agalpi no solo está trabajando por que reconozcan a la galiña piñeira como raza 100 % autóctona, también por volver a entrar en el listado de Fesacocur, una entidad privada que no tiene ánimo de lucro encargada de recoger todas las razas avícolas de España. «Xa estamos tramitando a entrada tamén», apuntan desde Agalpi. Todo es cuestión de trabajar y trabajar. Trabajo no les falta.