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El maíz alimenta grandes esperanzas

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

Las expectativas apuntan a que la cosecha de este año sea algo mejor que la de campañas recientes

22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A estas alturas del año, en torno al maíz hay grandes esperanzas. La cosecha está empezando a recogerse, y las expectativas de una buena cosecha parecen fundadas según las impresiones de ganaderos cuyas fincas de maíz, aunque varían de unos casos a otros, son vitales para la alimentación de las reses de producción lechera.

José Carlos Vega, de Castro de Rei, anda pendiente de la recogida del cereal en unas 280 hectáreas. La cantidad sembrada es algo mayor que la de otros años, y el balance, con la recolección sin acabar, parece favorable. «Entendo que este foi un ano moi bo», afirma. Si la cosecha no se malogra, la producción puede situarse en unas 35 toneladas; sin embargo, matiza Vega, no todo el terreno es de igual calidad ni se puede olvidar la amenaza del jabalí, que ataca fincas de este cultivo.

Celso Folgueira, de A Pastoriza, también tiene una impresión más bien optimista. «Este ano hai unha colleita bastante igualada», dice, aunque admite que el resultado final puede ser un poco mejor que el de otros años. En su caso, compartido con los restantes socios de la SAT Cabana, la superficie destinada a maíz alcanza las 92 hectáreas, lo que supone un pequeño aumento en comparación con años recientes.

Menor (10 hectáreas) es la cantidad que ha dedicado a maíz el ganadero de Friol Ismael Jul. Explica que el año ha sido normal en cuanto a crecimiento del cereal, si bien reconoce que su cosecha, todavía sin recoger, puede suponer una mejora con respecto a otras. «Vai ser mellor se non vén nada estraño», asegura.

Lo extraño que cita este ganadero y que podría estropear la cosecha es la aparición de tormentas acompañas de granizo. También José Carlos Vega está de acuerdo con esa impresión: explica que las tormentas podrían romper las espigas y propiciar la aparición de hongos, con lo que la planta quedaría dañada, aunque agrega que la lluvia no tendría por qué resultar perjudicial si no hubiese granizo.

Lo que cambia de unas ganaderías a otras no es solo el número de hectáreas cultivadas, algo que resulta directamente proporcional al número de cabezas de cada explotación, sino también el destino del maíz. Las ganaderías de Vega -SAT Reigada (Castro de Rei), SAT Chaín (Pol) y SAT Xerlea (Cospeito)- se abastecen de cereal, pero una parte de la cosecha también se vende: el precio varía y puede oscilar entre 30 y 42 euros por tonelada. En la SAT Cabana, apunta el ganadero Celso Folgueira, las necesidades se cubrirán si el resultado final de la cosecha es tan favorable como se espera

No todo el maíz se sembró al mismo tiempo, puesto que esa tarea es realizada por el personal de cada explotación, que también debe ocuparse de otras.

 El jabalí supone una amenaza constante

El tiempo influye en el crecimiento de la planta y en el resultado final de la cosecha; pero hay además otro factor que puede causar daños, la entrada del jabalí en las fincas. Julio Guntín, responsable de la delegación de Unións Agrarias (UU.AA.) en Vilalba, sostiene que el control de la población resulta más necesario que las ayudas por daños a ganaderos afectados por ataques. «O controlas la población, o no hay solución», opina.

Un alimento necesario por suis valores y útil por reducir gastos

El maíz es indispensable en la alimentación del ganado vacuno, pero también resulta útil a los responsables de las granjas. Carlos Riveira, veterinario de A Pastoriza, subraya que las explotaciones ganaderas están orientadas a un sistema de rendimiento y de reproducción en el que la alimentación debe mantenerse en unos niveles de alta calidad. El maíz, dice, ofrece las necesarias dosis de proteínas para las reses.

Pero además, recalca Riveira, ese aporte se consigue sin depender de productos comprados fuera -los piensos, por ejemplo-. Por otro lado, agrega, se trata de una planta que por lo general es resistente a plagas y que no requiere unos grandes gastos en el cultivo. En ese sentido recuerda que en muchas zonas el maíz que cultivan las explotaciones es de secano, no de regadío.