Las granjas gallegas de conejo miran con recelo la eliminación de la cría en jaulas

Los sectores avícola y cunícola gallegos tendrán que reformar sus instalaciones, después de que esta semana la Comisión Europea anunciase su compromiso para presentar a finales de 2023 una reforma legislativa para la prohibición del uso de jaulas en granjas en todo su territorio. La medida provocará un cambio de modelo en la cría y explotación de animales como conejos, pollitos, codornices, patos y gansos. De ahí que las granjas gallegas dedicadas a estas producciones deberían comenzar a reducir el uso de jaulas de forma gradual a partir del 2027, según el compromiso hecho público esta semana en Bruselas.

El cambio deriva de la iniciativa ciudadana End the Cage Age, que refleja la creciente demanda en la comunidad europea por alcanzar una transición hacia el uso de sistemas agrícolas más éticos y sostenibles, lo que incluye una revisión de las normas de bienestar animal existentes en la UE.

Hasta la fecha, el uso de jaulas estaba prohibido, solamente, en el caso de las gallinas ponedoras de huevos, los pollos de engorde, las cerdas y los terneros. El nuevo marco legislativo promete añadir a otros animales como los conejos, las pollitos, las codornices, los patos y los gansos, con el fin eliminar su cría y explotación bajo rejas.

¿Cómo afectará esta nueva regulación a los ganaderos gallegos? Pues, según dicen, en el bolsillo. En Galicia existen 900 explotaciones de pollos y 257 granjas de conejos. De hecho, la comunidad es la principal productora en España de este último tipo de carne, al concentrar el 24% de la producción nacional. Loli García integrante del Sindicato Unións Agrarias tiene claro que, en caso de que Bruselas acabe cumpliendo su compromiso, el principal problema al que deberán hacer frente los ganaderos son los costes económicos que supondrán adaptar las instalaciones de sus explotaciones a las condiciones establecidas en el nuevo marco europeo. Dice que las pequeñas granjas que no dispongan de los recursos económicos suficientes para afrontar un cambio serán las principales afectadas. E incluso, añade, en algunos casos puede llegar a suponer sus cierres.

Más oscuro todavía ven el futuro desde el sector de la cunicultura. «Podría suponer la ruina».    Así lo ven desde la Asociación de Productores Gallegos de Conejo (Progacun), que defienden que las jaulas garantizan una producción industrial y a la vez eficiente de carne de conejo, al go que no se lograría con la cría en el suelo. En cuanto al bienestar animal, añaden que las condiciones actuales de los conejos criados en las jaulas son mejores que años atrás porque las jaulas están acondicionadas para su crecimiento. En cada una de ellas, dicen, pueden estar entre ocho y nueve conejos. Pero cada camada tiene que estar en la misma jaula. 

Las reticencias al cambio no quieren decir que los ganaderos no estén de acuerdo en mejorar el bienestar animal, lo que piden son garantías que protejan la rentabilidad de sus explotaciones para que los costes de producción no superen sus ingresos. Por ello, desde Unións Agrarias insisten en la necesidad de la creación de ayudas para su adaptación al cambio, bien desde el marco de la Unión Europea; desde el Gobierno central o la Xunta de Galicia. Como ejemplo,  aunque todavía no se conocen cuales serán las normas que deberán acatar las granjas y, por tanto, qué costes deberán asumir para adaptarse, en este momento según Unións Agrarias, los criadores de pollos perciben 0.18 euros por kilo el tipo Broiler, cuando para cubrir gastos no deberían bajar de los 0.23 euros. 

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