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Cada gallego consume 51 kilos de carne al año, cuatro menos que hace una década

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Ana Garcia

Cerdo y pollo siguen siendo las variedades preferidas, pero crece el vacuno

12 jul 2021 . Actualizado a las 14:18 h.

La carne cada vez tiene menos peso en la dieta de los gallegos. De hecho, durante la última década su consumo ha caído en casi cuatro kilos hasta situarse en los 51 actuales. Aun así, el carácter eminentemente carnívoro de la comunidad queda de manifiesto en el hecho de que, junto con Castilla y León y Castilla-La Mancha, es la única región donde la proporción de la demanda es más elevada que el de su peso poblacional. Es decir, aunque Galicia solo representa el 5,8 % de los habitantes, sus necesidades cárnicas se elevan hasta el 6,1 % del total.

También en consumo per cápita, los gallegos superan la media nacional establecida en 49,8 kilos posicionándose inmediatamente por detrás de castellanoleoneses (57,5 kilos), navarros (56,2), aragoneses (55 kilos) y vascos que promedian 53 kilos. En el extremo opuesto se sitúan extremeños y canarios con tan solo 41 y 45 kilos anuales, respectivamente.

En este sentido, aunque no se evidencian variaciones muy pronunciadas en cuanto al volumen del consumo entre la mayoría de las regiones, sí existen diferencias notables en lo referente a sus preferencias cárnicas, tal y como se recoge en el Informe del consumo alimentario en España 2020, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Así, por ejemplo, se constata el gusto que, debido en buena medida a los hábitos alimentarios tradicionales, sigue existiendo entre los gallegos por las carnes frescas, en detrimento de las congeladas o las transformadas. De hecho, el 78 % de la chacina total que se consume en la comunidad -uno de los porcentajes más elevados de todo el territorio nacional- no se ha visto sometido a ningún proceso de conservación distinto de la refrigeración, circunstancia que según se recoge en varios estudios, además de conservar mejor sus cualidades organolépticas, permite aumentar sus beneficios para la salud. Sensiblemente diferente es la consideración que se tiene de las carnes transformadas. Cada gallego consume, de media, once kilos anuales, la cifra más baja de entre todas las comunidades.

En cuanto a la variedad preferida, sigue sin haber discusión. La carne de cerdo -el consumo se dispara hasta los 14,2 kilos anuales- sigue siendo mayoritaria en Galicia si bien en los últimos años se ha registrado un retroceso que supera el 5 %. Porcentaje similar al que ha ganado la de pollo cuya demanda per cápita ya se eleva hasta los 13 kilos anuales. Detrás del repunte que registra su consumo parecen estar razones como su precio competitivo y la percepción cada vez más extendida entre los consumidores de que la carne de ave resulta más saludable que otras.

Razones que, sin embargo, no sirven para justificar el incremento que también registra la carne de vacuno que, pese a la demonización a la que está siendo sometida desde distintos ámbitos, continúa creciendo en importancia en la comunidad. Durante el año pasado, el consumo de esta variedad por persona se situó en 6,9 kilos, casi dos por encima del que se promediaba hace una década.

La dieta cárnica anual de los gallegos se completa, según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura, con 1,3 kilos de carne de conejo y con otros 1,2 kilos procedentes de especies ovinas y caprinas, variedades estas últimas fuertemente marcadas por la estacionalidad. De hecho, siete de cada diez kilos son consumidos durante el período navideño.

450 millones de kilos

Galicia es líder en consumo, pero también en producción. La comunidad se sitúa desde hace años como una de las principales regiones ganaderas de carne del estado, hasta el punto de que durante el último año logró colocar en el mercado más de 450 millones de kilos. De ellos, 95 millones eran de vacuno -la comunidad es líder destacada junto a Cataluña y Castilla y León- algo más de 90 de porcino, 225 millones procedían de la cría de aves y el resto correspondía a variedades como el ovino, el caprino o el caballar.

A día de hoy, más de 20.000 explotaciones, muchas de ellas de carácter familiar, se dedican a la producción de carne en Galicia.