Más de 600.000 gallinas y pavos sacrificados, el rastro que deja la gripe aviar
GANADERÍA
Andalucía es la comunidad más afectada, donde se han registrado trece brotes en otras tantas explotaciones, mientras que los restantes tres tuvieron lugar en granjas de Castilla y León
24 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.En poco más de un mes, en España ha sido preciso sacrificar a más de 600.000 gallinas y pavos de engorde en un total de 16 explotaciones de cría y engorde de aves en las que se detectó la gripe aviar . El virus de esta enfermedad es está extendiendo poco a poco por el país desde que el pasado 4 de enero se encontrara el primer caso en aves salvajes de Lleida. Solo unos días después, el 18 de enero, saltaba el primer positivo en una explotación de pavos de engorde en Segovia. Desde entonces, la lista de granjas afectadas por el H5N1, como se conoce al virus, no ha parado de crecer. Hasta 16 explotaciones, trece de ellas ubicadas en Andalucía y otras tres en Castilla y León, han tenido que ser inmovilizadas y se ha hecho preciso sacrificar a todos los animales que allí vivían.
La enfermedad se está cebando especialmente con las granjas de Andalucía, más concretamente, con las ubicadas en los municipios de Niebla, Carmona y Gilena. En los dos primeros hay cuatro explotaciones afectadas en cada uno de ellos, mientras que en el tercero hay otras dos. A mayores, se han detectado brotes en dos granjas de Huelva, ubicadas en Trigueros y Villarrasa, y en otra de Viso de Alcor, en Sevilla. En total, 483.125 aves que han tenido que ser sacrificadas en poco más de un mes, 196.000 de las cuales se encontraban en una explotación de Carmona, una de las últimas en las que se ha detectado la enfermedad.
El balance es también malo en Castilla y León, donde hay otras tres granjas inmovilizadas. Dos de ellas se ubican en el municipio de Íscar, en Valladolid, y una tercera en Fuente Rebollo, en Segovia. Entre las tres tenían 182.377 pavos y gallinas ponedoras. 130.000 de estos animales se criaban en la explotación de Íscar y las imágenes de un grupo de operarios deshaciéndose de los cadáveres de estas gallinas fueron publicadas por la organización ecologista Greenpeace para denunciar la existencia de las macrogranjas, que considera que son el caldo de cultivo perfecto para la propagación de enfermedades como la gripe aviar. En esta comunidad se detectó el primer brote del virus en aves de corral en España, en la explotación de Segovia. Sin embargo, desde entonces, la enfermedad solo se ha encontrado en otras dos granjas de la provincia de Valladolid.
En todos los casos fueron los propietarios de las granjas los que dieron el aviso a las autoridades, al detectar un aumento anormal de la mortalidad en sus explotaciones. En todas ellas se tomaron muestras, que fueron remitidas al laboratorio central de veterinaria de Algete, centro de referencia para la Influenza aviar en España, donde comprobaron que se trataba de una cepa del subtipo H5N1 del virus. Tras la confirmación de los positivos, se procedió a la inmovilización de las explotaciones y se realizó una encuesta epidemiológica para tratar de conocer el posible origen del foco. Aunque en los primeros casos se apuntó a las aves silvestres como posibles causantes de la transmisión del virus, la cercanía de las últimas explotaciones infectadas con otras en las que ya se había detectado la gripe aviar hace pensar en posibles vínculos epidemiológicos entre estas explotaciones.
Mientras, sigue creciendo también el número de casos positivos entre aves silvestres. Hasta el momento, en España se han detectado 16 focos. Ávila es la provincia más afectada, con siete positivos en zonas naturales como las lagunas de El Oso y el Bohodón, pero también en los cascos urbanos de Hoyo de Pinares, Ávila y Sanchidrián. Otros dos casos se han detectado en Lérida, mientras que en Girona, Palencia, Valladolid, Huelva, Sevilla Cádiz y Madrid se ha detectado un foco en cada una de estas provincias.
Greenpeace alerta de los problemas que el virus puede ocasionar en macrogranjas
La organización ecologista fue testigo de cómo se destruían los cadáveres de las gallinas afectadas por el brote de gripe aviar en la granja de Íscar y ha aprovechado esta circunstancia para criticar, de nuevo, la existencia de las macrogranjas. En su opinión, explotaciones como la de Íscar, «son el entorno perfecto para la proliferación de este tipo de virus», porque considera que suponen un riesgo para la salud humana al ubicarse en una de las zonas de mayor producción avícola de todo el país y estar situada a escasos mil metros del centro urbano de esta localidad. «La expansión desmesurada y descontrolada de la ganadería industrial tiene muchos efectos negativos y este es uno mas», añade la organización.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, añaden en Greenpeace, en Castilla y León había censadas, a enero del 2021, 58.212101 aves de corral, siendo la cuarta comunidad autónoma con mayor número de aves. Esta lista la encabeza Galicia, donde entonces se criaban 108 millones. Es más, insisten en que el censo de gallinas para consumo humano ha crecido un 33 % en los últimos años. Buena parte de estos animales se crían en explotaciones de gran tamaño, que es donde la organización ecologista quiere centrar el debate. Granjas como la de Íscar, que criaba a 130.000 gallinas, «son el entorno perfecto para la proliferación de este tipo de virus», afirman. Porque allí «individuos genéticamente muy similares se ven obligados a vivir hacinados», a ello hay que sumarle que son animales que se trasladan grandes distancias, lo que «facilita la propagación del virus».
«En Europa, este devastador virus ha llevado a que se exterminen millones de animales y esperamos que España no tenga que seguir este camino», afirma Luis Ferreirim, responsable de la campaña de Avicultura de Greenpeace. A pesar de estar en contra de este sistema de cría, la organización quiso mostrar su máxima solidaridad con los ganaderos afectados, «muchas veces empujados hacia este sistema industrial por las grandes empresas que buscan la máxima rentabilidad al más bajo coste».