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Carlos Dablanca, ganadero: «Hoxe imos empezar a baixarlle a comida ás vacas para que produzan menos e non arruinarnos»

M. Cedrón / M. Alfonso REDACCIÓN

GANADERÍA

José Manuel, uno de los socios de SAT San Miguel, tirando parte de la leche por la alcantarilla que conduce a la fosa de residuos
José Manuel, uno de los socios de SAT San Miguel, tirando parte de la leche por la alcantarilla que conduce a la fosa de residuos 17 / 03 / 2022

Algunos profesionales comienzan a racionar el alimento de los animales, mientras las industrias tratan de recoger toda la materia prima que pueden, pero reconocen estar al borde del colapso y temen tener que parar la recogida en cualquier momento

18 mar 2022 . Actualizado a las 15:42 h.

Hay una granja en Berbetouros, en el concello lucense de Palas de Rei, que ordeña sus vacas dos veces al día. No pueden parar porque en SAT San Miguel, como en cualquier granja láctea, los animales no esperan. Ninguna explotación puede parar la actividad porque trabajan con seres vivos. Por eso equilibrar el ritmo de ordeño con el de recogida de materia prima en función de la capacidad de almacenaje de la explotación resulta fundamental para el funcionamiento de toda la cadena, de la granja al supermercado. Porque la industria calcula su frecuencia de recogida en función de la capacidad de fabricación, algo que en mayor o menor medida también va ligado a su capacidad de distribución de productos en el mercado. Lo que ha hecho la huelga del transporte es alterar todos esos ritmos. Solo un pequeño cambio de compás puede provocar que, como ocurrió ayer a esta SAT de Berbetouros, tengan que tirar leche líquida porque no tienen capacidad de almacenaje. En el caso de SAT San Miguel, como explica uno de sus socios, Carlos Dablanca, miembro de la asociación de ganaderos Agromuralla, la empresa que les recoge no lo hizo el miércoles. Ayer vino, pero no pudo llevarse toda la leche. De ahí que hoy por la mañana, probablemente, tengan que volver a deshacerse de materia prima: «Recóllenos Pascual. O mércores non puideron vir recoller e como onte pola mañá non cabía o leite nos tanques tivemos que tirar ao xurro uns mil litros de leite. Tiñamos almacenados 21.000 litros, o ordeño de dous días. Eso é o que cabe en dous tanques. Onte viñeron e recolleron dous tercios dun tanque. Temos espacio para o ordeño desta noite (por ayer) e parte do de mañá pola mañá (por hoy) », explicaba ayer por la tarde. Desde Pascual reconocían ayer que el miércoles tuvieron algún problema para realizar la recogida en Galicia, pero que ayer por la mañana volvió a llevarse a cabo con normalidad.

La razón, dicen desde la compañía, es que sus camiones pudieron salir con destino a la planta que tienen en Aranda, donde transforman la leche gallega. Su intención es que ninguno de sus ganaderos tenga que tirar la leche. Pero por lo que cuentan en SAT San Miguel recogían, pero no toda la materia prima acumulada.

En SAT San Miguel no pueden permitirse invertir cada vez más dinero en alimentación del ganado para producir una materia prima que, en parte, puede que tengan que tirar por la alcantarilla. Por eso, como avanza Carlos, «a partir de mañá (por hoy) empezaremos a baixarlle a alimentación ás vacas, sobre todo a enerxía e a proteína para que produzan menos. Non queremos que fagan unha baixada brusca, pero para que vaian baixando porque por un lado estamos metendo moito diñeiro en alimento e por outro estámolo tirando. Eso é a ruina»

La incertidumbre que sobrevuela ahora sobre esta explotación y sobre las más de 6.400 explotaciones lácteas gallegas es saber hasta cuándo la industria continuará recogiéndoles el producto. «Se nos próximos días non recollen leite como se chegou a dicir, todos teremos que abrir os grifos», explica Carlos.

Ayer, la única industria que había comunicado a sus ganaderos que no recogería leche era Lactalis, la compañía que más volumen de leche recoge en Galicia. Fuentes de la empresa reconocieron que «esta noche (por el miércoles) no han podido recoger leche con normalidad en Galicia». Pero esas mismas fuentes  apuntaban también que «la situación cambia cada minuto porque cualquier camión que pueda entrar o salir de la planta puede suponer que se pueda recibir, procesar y envasar la leche o no».

Ayer por la tarde explicaban que en Galicia habían tenido que interrumpir la recogida, pero al cierre de la edición de ayer aguardaban «ver si en el transcurso del día podían recuperarla. Las fábricas ahora mismo son un embudo». Lactalis avanza que la actividad en las fábricas se ha ralentizado mucho y no pueden recibir leche «porque seguimos sin poder liberar producto ni recibir materiales para el envasado. Estamos intentando producir con la leche que tenemos para tener las fábricas preparadas en el momento en el que se pueda retomar la recogida con normalidad».

Algunos de los ganaderos afectados explicaron que, como habían empezado ayer a dejar de recoger, todavía tenían márgen de almacenaje para un par de días. Después no saben qué pasará.

Todo dependerá de que las fábricas puedan continuar operando y dando salida a la producción. Ese es el gran problema porque como confirmaban ayer por la mañana fuentes de Capsa sus factorías estaban en situación de «colapso inminente». De que lo hagan o no dependerá de que puedan continuar con una recogida que ayer no habían paralizado. Como tampoco lo habían hecho industrias como Danone o Inleit, según ganaderos que les aportan materia prima.

Desde Leche Río comentaban ayer que continuarán recogiendo leche porque hay que pensar en el ganadero, pero el problema ahora es que «tenemos los almacenes a reventar porque no podemos sacar producto y tampoco están llegando insumos que precisamos para poder fabricar como son los envases». En este escenario y también en función de la capacidad de fabricación y almacenaje de leche irán evaluando cada día su capacidad de recogida. Además, aseguran fuentes de la compañía que sus productos no están llegando a los supermercados, «solo algo en la zona de A Coruña».

Al igual que ocurre a Leche Río, desde Nestlé, que recoge la producción de 150 ganaderos gallegos, aseguraban que sus factorías de la cornisa cantábrica, entre las que se encuentra Pontecesures, estaban teniendo dificultades en la recepción de mercancías como materias primas y envases, así como en la expedición del producto terminado. Su deseo, añade la compañía, es evitar que su actividad productiva quede afectada, pero reconoce que si está situación se mantiene en el tiempo «existe un claro riesgo de verse obligada a detener la recogida de leche fresca en algunas de las granjas que la proveen de esta materia prima»

Y Juan Gallástegui, de Cooperativas Lácteas Unidas (CLUN), explicaba también ayer que esta cooperativa está centrando sus esfuerzos en garantizar el suministro de materias primas a sus centros de producción y de insumos a sus socios, pues considera que «debemos evitar que a situación derive en efectos irreparables sobre o benestar animal». También recuerda que «o leite é un alimento altamente perecedoiro e esencial para o consumo diario», sin embargo, los márgenes de tiempo que se manejan en este sector «son estreitos». Su cooperativa, añade, espera poder continuar con la actividad transformadora y abastecer los lineales de los supermercados porque «o leite, os iogures... os nosos produtos lácteos son alimentos básicos na alimentación das persoas. É prioritario que sigan chegando a hospitais, residencias de maiores, garderías...», explicaba.