La gripe aviar afecta ya a una treintena de granjas, donde se han sacrificado 1,1 millones de aves
GANADERÍA
También se han detectado otros 30 focos en animales silvestres de catorce provincias españolas diferentes
08 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Más de treinta granjas inmovilizadas y 1,1 millones de aves sacrificadas es el balance que, por ahora, deja el paso de la gripe aviar por España. Desde que se detectaran los primeros focos, a principios del pasado mes de enero, la enfermedad se ha expandido afectando, sobre todo, al sur de la península. Hasta ahora, y según los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, se han localizado una treintena de casos en aves silvestres de catorce provincias distintas. Por el contrario, los brotes en explotaciones solo se han localizado en cinco provincias, donde han afectado a una treintena de granjas y han obligado a sacrificar a 1,1 millones de animales.
Galicia se mantiene, por ahora, libre de la enfermedad, al igual que todas las comunidades del norte. La gripe entró en España a través de Cataluña, con un primer brote en aves silvestres detectado en Lérida a principios de enero. Desde entonces, la enfermedad se ha extendido por buena parte del territorio español. No fue hasta el 18 de enero que llegó a las explotaciones de aves profesionales, concretamente, hasta una granja de Segovia en la que se criaban 18.900 pavos. Por fortuna, en esa provincia fue posible contener el contagio.
Si nos fijamos en los brotes de aves silvestres, Ávila es la provincia más afectada, donde se han detectado hasta siete brotes diferentes. Le siguen Huelva y Sevilla, con tres casos en cada una, y Cádiz, Córdoba, Madrid, Lérida, Cáceres y Badajoz con dos brotes. Además, se han detectado animales infectados en Girona, Palencia, Segovia, Valladolid y Salamanca.
En el caso de explotaciones avícolas, Sevilla es la provincia más afectada, con 22 focos diferentes. De hecho, los dos últimos casos detectados se produjeron en las localidades de Marchena y Arahal los pasados 11 y 15 de marzo, donde fue preciso sacrificar a 56.000 gallinas ponedoras y a 17.700 pavos de engorde. Desde entonces parece que la expansión de la enfermedad se ha ralentizado, porque no se han declarado nuevos brotes. Otros seis casos fueron declarados en granjas de Huelva, además de que hubo dos en Valladolid y el ya mencionado de Segovia.
El rastro que deja tras de sí esta enfermedad es desolador, pues su presencia en explotaciones profesionales ha obligado ya a sacrificar 1,1 millones de animales. Más de la mitad eran pavos de engorde, pues en esas granjas se declararon el 53 % de los focos. El 16 % se correspondían con explotaciones de gallinas ponedoras y otro 13 % con las de gallinas reproductoras. A mayores, hubo también casos en tres explotaciones dedicadas a la cría de broilers, en una de gallinas de recría y en otra de camperas.
En todos los casos, la enfermedad fue detectada tras notarse un aumento considerable de la mortalidad entre los animales que se criaban. Se cree también que la causa más probable de la introducción del virus estuvo en el posible contacto con aves silvestres o en la proximidad geográfica o contactos indirectos con focos anteriores, ya que muchas explotaciones comparten vehículos de transporte y personal.