Un informe de Provacuno presentado este lunes muestra como un 40 % de las granjas dedicadas a ese tipo de ganado está en zonas con riesgo de despoblamiento
21 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El 98,9% de las granjas de vacuno de carne que hay distribuidas por toda España son de tamaño pequeño y mediano, con menos de 400 UGM (400 vacas o 667 terneros) por instalación. Además un 40% de la actividad ganadera dedicada a este tipo de vacuno se asienta en municipios con riesgo de despoblamiento, y el 87% en municipios rurales. Para muestra solo hay que ver dónde están las ganaderías dedicadas a la cría de animales de Ternera Gallega Suprema en Galicia. Y también la mayor parte de esas explotaciones son de caracter familiar y sobre un 40 % están en manos de mujeres. Esos son algunos de los datos que recoge el informe Análisis del sector vacuno de carne de España, elaborado por la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno), elaborado con datos del FEGA y una encuesta sectorial elaborada en unas 260 granjas. El problema es que uno de cada cuatro ganaderos que regentan esas granjas está en edad de jubilación, un porcentaje que según recoge Efe sube hasta el 42 % en el caso de las granjas pequeñas. Al contrario, solo un 11,6 % de los ganaderos tiene menos de 40 años. La edad media de los titulares de las granjas de vacuno es de 58 años, y la franja de edad más frecuente es la que va de 51 a 65 años.
Esos porcentajes son la prueba de la importancia de estimular el relevo generacional en unas granjas que, como puede derivarse de los datos del infome de Provacuno, son fundamentales para garantizar la sostenibilidad económica en zonas rurales con elevado riesgo de despoblación. De hecho, según este trabajo, el 87 % están ubicadas en municipios rurales, per un 29 % están «en zonas Rurales con Riesgo Grave de Despoblamiento, que son los que cuentan con menos de 5.000 habitantes y menos de 8 habitantes por kilómetro cuadrado».
La cuestión es que un 43% de los ganaderos de más de 60 años no tiene pensado nada al respecto del relevo generacional, mientras que el 32 % tiene previsto el relevo dentro de su familia; un 18 % piensa que cerrará la granja una vez se jubile mientras que el 7 % restante prevé hacerlo con personas de fuera de la familia. Lo que es verdad es que más de la mitad piensan que el sector tiene futuro pese a la baja rentabilidad o las trabas administrativas.
La pervivencia de estas granjas es también fundamental para mantener vivo el rural.. «En esas zonas con riesgo de despoblamiento el papel de la actividad de vacuno de carne es esencial, tanto desde el punto de vista económico como social o medioambiental. Este hecho queda demostrado con los datos obtenidos de las encuestas en las granjas: el 91% de los ganaderos vive en la comarca donde se ubica su granja y el 77% de las compras que efectúan los productores se realizan en esas zonas», explican desde Provacuno.
Pero es que además, añaden también, desde el punto de vista medioambiental, «es una actividad esencial para el mantenimiento y conservación de esos territorios. La base de la alimentación de nuestro modelo productivo son los pastos, complementados con piensos, paja y forrajes. El aprovechamiento de esos recursos naturales, mediante pastoreo, es la garantía del mantenimiento de nuestros paisajes rurales, además de contribuir a desbrozar los montes, contribuyendo a la prevención de incendios», dicen.
Por otra parte, recuerdan que las granjas de vacuno producen estiércol que es una excelente fuente de materia orgánica y de nutrientes para mejorar la estructura del suelo y fertilizar los campos de cultivo, además de promover la economía circular y reducir la dependencia de fertilizantes químicos.
