La reducción de los concursos de ganado coincide con la escasez de jueces
07 jun 2023 . Actualizado a las 17:24 h.La ganadería vacuna de Galicia se cuenta por miles y miles de reses. Los concursos de ganado, en cambio, se cuentan en estos momentos con los dedos de la mano tras haberse reducido su número: solo quedan tres. Lo mismo puede decirse de las personas de la comunidad que tienen el diploma de juez para participar en esos certámenes y evaluar la morfología de los animales: solamente hay tres.
La situación se nota en ferias como la Mostra Exposición de Muimenta (Moexmu), feria de muestras de marcado carácter agropecuario que se celebra en esa localidad chairega. Su concurso anual de ganado frisón es el único de la provincia y uno de los dos que tienen lugar en Galicia: el otro es Feiradeza, que se celebra en Lalín, mientras que GandAgro (Silleda), tiene carácter bienal.
En los preparativos para la Moexmu del 2023, que se celebrará del 31 de marzo al 2 de abril, quedó de manifiesto la escasez de jueces, hasta el punto de que se comentó la posibilidad de recuperar la celebración de una escuela de formación. Ya tuvo lugar una hace años, como recordó el coordinador de la comisión organizadora, José Manuel Rus.
Cuestión vocacional
Manuel Sandamil, ganadero de Pacios (Castro de Rei) y presidente de la federación gallega de ganado frisón (Fefriga) y de la Asociación Provincial de Gandeiros de Lugo para o Control de Rendementos (Africor Lugo), conoce la situación. La escasez de jueces no le causa sorpresa. «Ao final, é unha cuestión de vocación dos gandeiros. Os xuíces que se forman son gandeiros», dice.
Los cursos de formación que se organizan están promovidos por la Confederación de Asociaciones de Frisona Española (Conafe). Los lugares donde se celebran suelen ir cambiando, y Galicia acogerá uno en el 2023, como avanza Sandamil. El presidente de esas dos entidades ganaderas aclara que lograr el título de juez no resulta difícil, pero sí recalca que además de vocación se necesita «ter algo de tempo libre».
Prueba de ello es que un juez de Galicia puede tener que desplazarse a Cantabria o a Cataluña para actuar en un certamen. Al mismo tiempo, en Muimenta, en los últimos años, no ha sido extraña la presencia de jueces de otras comunidades autónomas e incluso de otros países: en el concurso de ganado frisón de este 2022 actuó un juez de Portugal, como recuerda Sandamil.
Una pasión, no una profesión
Javier Álvarez Lastra, natural de Ribadeo, es uno de los tres gallegos con título de juez. En su caso, además, la acreditación tiene nivel internacional, lo que lo faculta para acudir a concursos de otros países. Este ribadense —actualmente residente en la localidad leridana de Seo de Urgel, en donde trabaja en una empresa del sector ganadero— explica que obtener ese título tiene un claro perfil de vocación: «É unha paixón, non é algo do que se poida vivir», dice.
Por un lado, la asistencia a los cursos de formación supone un gasto de unos 350 o 400 euros. Por otro, se requiere la asistencia a cinco escuelas de formación para obtener el título. Entonces se logra la acreditación de juez inactivo, y solo tras realizar dos cursos de reciclaje se consigue pasar a la categoría de juez activo. Con el título en la mano, tampoco está asegurada la asistencia a un mínimo anual de concursos: puede ocurrir, dice Álvarez Lastra, que un año se intervenga en cinco certámenes y se pase el siguiente en blanco.
Aunque los concursos hayan disminuido en Galicia, los lugares donde aún se celebran no le parecen casuales a este juez. Explica que los concursos de Lugo y del Deza, como los de Asturias, reflejan la conservación de un cierto arraigo familiar en las explotaciones ganaderas, sin que ello suponga una menor modernización que en otras comarcas.
Alto nivel en Muimenta
En los cursos de formación para jueces se aprende a valorar la morfología de las vacas, dando importancia a cuestiones como las ubres o las patas. Que se lleguen a celebrar escuelas de jueces en Galicia no le parece improbable si se observa interés por asistir, y destaca además que el nivel de certámenes como el de Muimenta se observa en la afluencia de público llegado de Asturias o de otras comarcas de Galicia.