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Las razas autóctonas bailan con la alta gastronomía en la antigua discoteca Litmar de Lugo

María Cedrón REDACCIÓN

GANADERÍA

cedida

El hijo de los fundadores de la sala abre el restaurante Cinza e Lume, donde ofrece platos elaborados a baja temperatura con porco celta, cachena, cordeiro galego, galo de Mos o Ternera Gallega Suprema

03 abr 2023 . Actualizado a las 18:09 h.

Cuando esa generación que ronda los cuarenta, o más, escucha hablar de Litmar, en Sarria, lo primero que se le viene a la memoria son aquellas largas noches en las que se gastaba mucha pista al son de productos tan dispares como los que hacía Technotronic o La Union. Antes, sus padres, también habían cultivado «el agarrao» en una sala de fiestas fundada a finales de los sesenta. Pero las tendencias que toman la noche fueron cambiando con los años, lo que desembocó en el cierre de una discoteca que ahora Francisco Vilela ha reconvertido en un restaurante gastronómico, Cinza e Lume.

El hijo de los fundadores de Litmar echa mano ahí de la carne de animales de razas autóctonas para ofrecer una carta diferente en la que todo se guisa baja los principios de la cocina a baja temperatura. Fran, que es economista, también es el chef. Le ayuda en los fogones su mujer Isabel García. Y a ninguno de los dos les falta experiencia porque son también los propietarios del restaurante Volcano, en Fuerteventura. 

El Cinza e Lume abrió a principios de mes. Ahí cocinan a fuego lento, muy lento, como se hacía cuando las cocinas eran de leña, carne de porco celta, de vaca cachena, de cordeiro galego,de la IXP Ternera Gallega Suprema, de Galo de Mos.... «La idea es traer hasta aquí la alta gastronomía porque esta forma de elaboración hace que el producto conserve todo su sabor y nutrientes. No hay que olvidar la calidad del producto que tenemos en Galicia. Es la mejor», dice Fran.

Es también una forma de proyectar el trabajo de los ganaderos que han apostado por la cría de unos animales que, de no ser por ellos, estarían al borde de la desaparición. También es una forma de ofrecer algo nuevo a la comarca en la que nació. «En el 2006 me fui a Canarias para trabajar en otra de las ramas del negocio familiar, la construcción. Luego en el 2015 abrimos Volcano en Fuerteventura y ahora hemos abierto este nuevo proyecto aquí», recuerda también. Y por qué Cinza e Lume. Quizá, o tal vez no, porque recuerda el modo de cocinar lento, cariñoso. Cuando las cocinas se nutrían de cinza e lume. No hace tanto tiempo.