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De reina mediática a la mesa, la vaca Miss Galicia va al matadero

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

GANADERÍA

cedida

«Rubia», de trece años y unos 600 kilos en canal, fue vendida y acabará sus días en los platos de algún restaurante

23 mar 2023 . Actualizado a las 13:22 h.

Fue la estrella del verano del pasado año. Rubia, una vaca de carne, de raza rubia gallega, nacida y criada con mimo en la parroquia de Negrelos, en Rodeiro, saltó a la fama tras ser elegida Miss Galicia. Después de pisar los platós de la TVG recobró su apacible vida en la explotación en la que compartía establo con otras 29 compañeras.

Su propietario, Bruno López García, se presentó por primera vez con Rubia al concurso y el galardón le pilló por sorpresa. Ahora, tiempo después, esta vaca coronada tiene ya, explica, «trece anos» y es hora de dejarla ir. Reconoce que «dame pena, pero xa non se quedaba preñada e é lei de vida». Su destino será el matadero y cree Bruno —que también es carnicero— que el animal ronda los 600 kilos en canal. Saldrán sin duda chuletones de vaca madurada que acabarán en los platos del restaurante que compre estos cotizados canales.

Propietarios de la carnicería Híper Carne de Lalín, la familia cuenta con una explotación de vacas de carne, todas ellas de raza rubia gallega, que ahora cuenta con 35 ejemplares. La carne de las terneras que crían con una cuidada alimentación y los ricos prados de Rodeiro, la comercializan ellos mismos «pero a de vaca é máis para maioristas» y aunque, muy buscada porque no abunda, son pocos los establecimientos que la venden.

De momento, Bruno vendió a Rubia a Ganados Currucha, de Rodeiro, que se la llevó ya. Ayer pasó al mercado de Amio, en Santiago de Compostela, y el siguiente destino será el matadero de Montellos, en Betanzos: Luego su carne será comercializada  para ir a algún establecimiento o, lo más probable, a algún restaurante, donde este tipo de vianda es muy demandado.

En la mesa acabará sus días Rubia después de vivir la aventura de los focos y la fama que la convirtieron por un tiempo en la reina de las vacas gallegas. Su destino acaba siendo el mismo para la que fue criada: para servir de alimento, aunque en este caso pudo tener una vida larga, comparada con otras de su especie que son sacrificadas mucho más jóvenes.