Un estudio del órgano vomeronasal de este mamífero roedor confirma que ese es el método más eficaz para controlar estas poblaciones
01 feb 2024 . Actualizado a las 17:06 h.Tiene un tamaño ligeramente mayor al de un topo, pero la arvícola terrestris (popularmente coocida como rata toupa) es capaz de causar estragos en las cosechas. Lo saben bien en la montaña lucense, un lugar en el que viene haciendo de las suyas desde el 2019. ¿Por qué? Porque como buen hervívoro devora las raíces de las plantas a las que accede desde las galerías subterráneas por las que recorre el subsuelo. Además, combatirla no es fácil porque como todo roedor su tasa de reproducción es alta. Puede tener uno o dos ciclos reproductores al año, con una media de unas nueve crías.
Pero ahora la investigadora por Sara Ruiz Rubio del Grupo de Morfoloxía Animal de la Facultade de Veterinaria del Campus Terra, de Lugo, ha dado un paso adelante de cara a controlar su población. Porque al estudiar el órgano vomeronasal (un órgano auxilizar del sentido del olfato de algunos animales) de la rata toupa ha descubierto que tiene un peso mucho mayor que en otras especies como órgano de comunicación química. De esa forma confirma la teoría de que la lucha biológica es la fórmula más adecuada para reducir las poblaciones de este mamífero roedor.
La fórmula: Usar cariomonas de sus depredadores naturales como el lobo, el zorro o aves rapaces, para generarles un estrés que de algún modo acaba reduciendo su libido, separando mucho más en el tiempo sus ciclos de reproducción. Los resultados del estudio que forma parte de su tess los ha publicado en la revista americana The Anatomical Record. Ahí explica cómo ese es un órgano fundamental a la hora de captar el lenguaje químico emitido por las feromonas o las cairomonas. Al caracterizar el funcionamiento de este órgano, tanto desde el punto de vista anatómico como morfológico o funcional, lo que ha hecho la investigadora, como explican en un comunicado desde el Campus Terra, es reforzar la idea de la eficiencia de la lucha biológica como herramienta «máis viable e sustentable» para controlar la población de este roedor.