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Pandora, una cerda de seis años y 400 kilos, emblema de Cárnicas Vilarelle, en Cedeira: «Le damos siete kilos de comida al día, pero se comería diez»

ANA F. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

GANADERÍA

Christian con Pandora, el ejemplar porcino más grande de Galicia, según los veterinarios que la han visto
Christian con Pandora, el ejemplar porcino más grande de Galicia, según los veterinarios que la han visto CESAR TOIMIL

El empresario Christian García organiza una fiesta gastronómica este fin de semana para promocionar la carne de porco branco criado de forma tradicional

25 ago 2024 . Actualizado a las 15:31 h.

Pandora, una hembra de cría de seis años, pesa 400 kilos. Criada en la explotación de Cárnicas Vilarelle, en el concello de Cerdido, los veterinarios que la han visto aseguran que es el ejemplar más grande con que se han encontrado en Galicia. Y se ha convertido en el emblema de esta pequeña granja porcina, que cuenta con 23 animales. «Tenemos porco branco criado de forma tradicional», subraya el empresario, Christian García (Cedeira, 53 años).

«El porco celta es el original, pero el blanco es el cerdo gallego por excelencia, el que se conoce desde 1900, de la raza Landrace. El celta es el autóctono, es de monte y muy poco competitivo (tarda mucho en crecer y tiene menos carne para churrasco), y lo que se buscaba era una raza que en un año se pudiera sacrificar», explica. Apenas quedan casas donde sigan cebando cerdos para autoconsumo: «Por el noroeste de Galicia es raro, en la zona de Pontevedra se mantiene más la tradición familiar de la matanza». Pandora sigue una dieta restrictiva —«ahora está racionada porque con más peso puede tener problemas en las patas»— y cada día ingiere unos siete kilos de comida. «Pero si le doy diez, se los come», ríe su propietario.

Los cerdos de Cárnicas Vilarelle se nutren de berzas —«planté cuatro ferrados y no llegó a nada»—, patatas, harina de maíz, pan y «mucha manzana», y un pequeño aporte diario de pienso. García recalca que este compuesto «es bueno y está bien balanceado, pero en las granjas grandes, como solo se alimentan de pienso, toda la carne sabe igual». La dieta de toda la vida «le aporta otro sabor». Este fin de semana podrán comprobarlo quienes acudan a la primera Festa do Porco do Ortegal, que organiza el responsable de Cárnicas Vilarelle en la plaza do Floreal, sábado y domingo, de 12.00 a 19.00 horas.

Esta semana ha llevado al matadero los cuatro marranos cuya carne cocinará para este evento, alrededor de 600 kilos, con los que preparará cerca de 1.200 raciones. El precio será de 20 euros por cada comensal e incluirá churrasco —que elaborará en una parrilla de dos metros, que ha traído de Silleda—, lacón, jamón (ambos al horno) y cachola á feira (incluye el morro), que cocinarán en el bar O Galo, «especialista en este plato, que suele servir como tapa». García agradece «la ayuda inestimable» de la empresa Santacompaña, que montará las jaimas y el mesado donde se servirán estos manjares culinarios; igual que a la responsable de pescadería Sara, que le ha prestado la cámara de frío; o a los amigos que le echaron una mano para subir al camión los ejemplares que iban al matadero.

Por cierto, uno de ellos tuvo que ser indultado (al menos temporalmente), por su resistencia a salir de la cuadra para subirse al vehículo: «Pesa 200 kilos y saltó un muro de un metro y medio y rompió la parte de bloque».

Con esta fiesta, García quiere dar a conocer su producto. Sus cerdos se mueven por la pocilga, muy espaciosa, y disponen de comederos y bebederos de suelo (de los de toda la vida) y también de los mecánicos. «La comercialización no es fácil, tienes que vender a particulares [él se ocupa de la matanza] y voy a intentarlo también con el matadero, pero tienen que ser ejemplares algo más pequeños», detalla. Sostiene que «no es fácil vivir solo de un negocio» y compagina su gimnasio, Arena Gym, y una tienda de fotografía, todo en Cedeira, con la granja porcina.