«As granxas lácteas son empresas das que se pode vivir perfectamente, pero moita xente aínda prefire traballar nunha oficina»
GANADERÍA

Xabier Vázquez pidió hace tres ejercicios una ayuda para incorporación a la granja de sus padres. Más de 400 personas han pedido en el último año ayudas para incorporación de jóvenes al campo, a las que hay que sumar otras 171 que lo han hecho en la nueva línea dirigida a personas de entre 41 y 55 años
17 sep 2024 . Actualizado a las 08:31 h.Cuando Xabier Vázquez terminó el bachillerato quiso poner en práctica todos los conocimientos de los que se había ido impregnando a lo largo de su vida en la explotación que regentaban sus padres en el concello pontevedrés de Rodeiro, la Ganadería Coto SC, y se puso a trabajar con ellos durante el verano: «Gústoume, xa me gustaba. Pero preferín quedarme con eles a continuar estudiando cousas que non tiñan que ver coa granxa», dice este joven que tiene ahora 23 años. Aquel verano en la granja confirmó su vocación de ganadero e hizo que se decidiera por el sector lácteo que, como dice, «ten futuro porque as granxas lácetas son empresas das que podes vivir perfectamente, aínda que moita xente prefire marchar para traballar nunha oficina», cuenta.
Él accedió hace tres años a una de las ayudas de incorporación de jóvenes al campo que concede la Consellería do Medio Rural y que están cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). En la última convocatoria, se presentaron más de 400 solicitudes de jóvenes, a las que hay que sumar las 171 para la nueva línea dirigida a la entrada de nuevos activos de entre 41 y 55 años. Además, hay que tener en cuenta que las demandas de ayudas para planes de mejora de las explotaciones fueron más de 1.300. Xabier está contento. Piensa lo que sería trabajar en una oficina con un horario y no se ve: «Penso que me aburriría moito». Porque aunque el trabajo en una explotación láctea es constante «porque hai que facer as camas dos animais, ordeñalos e coidalos tódolos días», todo es una cuestión «de organización». Al ser tu propio jefe y poder organizarte, en mi caso, con los padres que también trabajan en la granja «podes coller días libres porque dúas personas damos feito o traballo».
Lo que tiene claro es que una explotación es una empresa, una gran empresa: «Agora as granxas son máis grandes, tes máis animais e a facturación é boa. É moi importante facer unha boa xestión. Aínda que te dedique ao leite, tes moitos proveedores, hai que atender a toda esa burocracia tamén e por eso temos unha xestoría que nos axuda. Do contrario non darías feito», dice.
Consciente de que muchos compañeros de la zona cuyos padres también tiene explotación, prefieren estudiar otra cosa o trabajar en una oficina, él cree y se reafirma en que «o sector lácteo ten futuro porque a xente non creo que deixe de beber leite. Vai a haber demanda». De ahí que anime a la gente a quedarse. Otra cosa son aquellas personas ajenas al campo que pretendan empezar de cero en el lácteo. Ese es otro cantar porque «tenche que gustar», pero después el capital inicial que se precisa para poner en marcha una granja láctea no es poco.