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PSOE y Unidas Podemos se pelean ahora por los helados

álvaro soto COLPISA

SOSTENIBILIDAD

Agricultura y Consumo chocan por la calificación de este producto en la ley de publicidad a menores. El ministro Planas pide que se excluyan del nuevo decreto los productos «tradicionales» mientras que Garzón aboga por una normativa restrictiva

09 feb 2023 . Actualizado a las 21:55 h.

Los ministerios de Agricultura y Consumo vuelven a chocar, esta vez, a cuenta del nuevo decreto que regulará la publicidad de alimentos y bebidas azucaradas dirigida a menores. El departamento de Luis Planas reclama que la norma excluya los anuncios de helados y otros productos considerados como «tradicionales» de una regulación que el ministerio de Alberto Garzón quiere que sea muy restrictiva. En la elaboración de la norma también participa el Ministerio de Sanidad, aunque las discrepancias han surgido entre Agricultura y Consumo.

La nueva ley está atascada por la disputa entre estos dos departamentos. En octubre de 2021, hace casi año y medio, Garzón anunció que su ministerio iba a elaborar un real decreto para prohibir en horario infantil la publicidad de cinco categorías de productos, independientemente de su contenido de nutrientes: chocolate y azúcar, barritas energéticas y coberturas dulces y postres; pasteles, galletas dulces y demás productos de pastelería; zumos; bebidas energéticas y los helados. El ministro de Consumo abogó por que el contenido de la norma se basara en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y esgrimió el estudio Aladino 2019, que exponía que el 40,6 % de los niños y niñas entre seis y nueve años tenía exceso de peso, el 23,3 % estaba en niveles de sobrepeso y el 17,3 % sufría obesidad.

Pero igual que sucedió en el debate de las macrogranjas, hace un año, las pretensiones de Garzón han topado otra vez con Planas. El ministro de Agricultura quiere que la ley permita anuncios de productos como los helados, que tienen la catalogación de «tradicionales». «Yo soy partidario de los mecanismos de autorregulación y de que cada uno asuma su responsabilidad, y no de la prescripción, sobre todo en la alimentación», dijo Planas ayer en Oviedo, antes de posicionarse del lado del sector heladero: «Es muy importante en nuestra economía, es tradicional y hay que defenderlo». El ministro de Agricultura admitió que el consumo de azúcar «es un problema en los niños», pero recordó que el Gobierno ya ha incrementado el IVA de los productos azucarados al 21%, «equiparándolos a las bebidas alcohólicas». Además, Planas aseguró que el importante aumento del precio de los dulces a causa de la inflación ha provocado un descenso de su consumo y comparó algunos helados, que se fabrican sin azúcar, con las bebidas 0,0.

Pero la visión del Ministerio de Consumo es totalmente opuesta. En sus últimas comparecencias, Alberto Garzón ha expresado la «urgencia» por regular la publicidad de alimentos y bebidas a menores para cumplir con el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó en junio. El 12 de enero, Garzón dijo que la propuesta de Consumo es «imprescindible» para reducir la tasa de obesidad el 25 % hasta 2030 porque garantiza «la protección de los derechos a la salud» de la infancia y «reconoce el interés superior del bienestar de los menores ante las comunicaciones comerciales».

El Ministerio de Consumo, que no cree en la «autorregulación» que el sector de la alimentación aceptó en 2005, pone sobre la mesa que la nueva legislación afecte a los horarios de protección (de seis de la mañana a las 22 horas) y a los espacios publicitarios de programas destinados al público infantil. El departamento de Garzón quiere que las limitaciones lleguen a la televisión generalista y los canales de streaming, la radio, las salas de cine y la publicidad en internet, las redes sociales, las webs y las app móviles, cuando los contenidos se dirijan a menores de 16 años, y la publicidad de medios impresos. Solo partir de estos supuestos, las empresas «podrán tener su propia autorregulación siempre y cuando supongan un marco de protección superior al de la propia norma», asegura el departamento de Garzón.

Las discrepancias se extienden también a los grupos afectados por la nueva norma. La patronal de los helados muestra su apoyo a Planas y recuerda que estos productos son «para todo el mundo» mientras que la organización de consumidores OCU lamenta «las presiones ejercidas desde diferentes sectores que han entorpecido la tramitación de la norma defendiendo intereses los intereses de la industria alimentaria frente a la protección de la salud de consumidores vulnerables como son los menores».

Consumo y Agricultura ya han chocado en otras ocasiones. La más notoria, en enero del año pasado, cuando Garzón atacó las macrogranjas y pidió a la población reducir el consumo de carne, unas declaraciones que soliviantaron al sector ganadero, aunque el ministro siempre insistió en que se refería a las granjas intensivas. Pero Planas cargó contra el titular de Consumo y aseguró que la producción española «es de primera calidad» y un motivo de «orgullo».