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El proyecto que busca el sistema más barato y eficaz para aplicar el purín

Maruxa Alfonso Laya
Maruxa Alfonso REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

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Feuga lidera una investigación para diseñar una máquina que permita regular en tiempo real la dosis que se aplica en función del terreno

15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM) llevan años analizando el purín de vacuno que se genera en Galicia. Y están más que convencidos de las bondades que tiene utilizar este recurso en la fertilización de fincas. El problema es que agricultores y ganaderos no siempre disponen de la maquinaria adecuada para utilizar el purín de forma correcta, sobre todo ahora que la normativa ha prohibido sistemas como el abanico, el plato y el cañón. Precisamente diseñar un sistema inteligente que regule y analice en tiempo real la cantidad de purín que la maquinaria deposita en la finca es el objetivo del nuevo proyecto Purínpreciso, que dirige Feuga y en el que participa el centro de Mabegondo, la USC, Talleres Carruxo y SAT As Pandas.

«Queremos diseñar y probar un sistema inteligente que regule en tiempo real las dosis de aplicación del purín en función de las necesidades del suelo», explica Ánxela Montero, de la Fundación empresa Universidade Galega (Feuga). El objetivo es que esa máquina no solo permita aplicar el purín, sino también analizar este para conocer en tiempo real su contenido en nutrientes. Y, de paso, que toda esa información quede registrada de forma digital y pueda ser utilizada para la elaboración del cuaderno digital de campo. El proyecto todavía tiene un reto más, que la nueva maquinaria sea lo más económica posible, a fin de que pueda ser una inversión asumible para las ganaderías gallegas.

Para ello, todas las partes implicadas en este proyecto se han puesto a trabajar en la adaptación de un tanque de distribución del purín y en el diseño y calibración de equipos de análisis.

El inicio del proyecto

La escuela de ingeniería del Campus Terra será la encargada de diseñar el sistema de control y los sensores de los que se dotará al tanque de purín, «Vamos a incorporar diferentes tipos de sensores. Unos que midan la presión del tanque, para saber la cantidad de purín que hay en él, otros que midan el contenido en sales y nutrientes y otros de PH, para conocer la alcalinidad», explicó Blanca Méndez, ingeniera robótica de la escuela de ingeniería. A mayores, se colocará una válvula que permitirá regular el caudal del purín. Todo el sistema estará controlado por un microcontrolador, que recogerá la información de estos sensores y determinará qué acciones es preciso llevar a cabo. La maquinaria incorporará también sistemas modulares de GPS y GSM. Los primeros permitirán localizar el tanque y saber dónde se ha aplicado el purín. Los segundos enviar toda la información, que llegará hasta una tableta instalada en la cabina del tractor para que el ganadero pueda conocer en tiempo real lo que está aplicando. Todos los datos se enviarán también a la nube y podrán ser descargados en un cuaderno digital, que será compatible con las aplicaciones que está desarrollando la Xunta para el sector. De esta forma, el agricultor tendrá recogida toda la información relativa a las parcelas en las que ha trabajado, la cantidad de purín que ha aplicado y los análisis del mismo, entre otros datos.

Los investigadores de Mabegondo, centro dependiente de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, se ocuparán de desarrollar ecuaciones que permitan predecir el contenido del purín y de la calibración de los equipos de análisis. Estos técnicos son muy conscientes de la ventajas de aprovechar este recurso, pues no solo permite reducir costes de producción sino que también está comprobado que su uso mejora la estructura del suelo y la capacidad del mismo para retener líquidos, entre otras cuestiones. «Cuando se usa purín hay que hacer un gestión adecuada haciendo una aplicación localizada, dimensionando adecuadamente las fosas de almacenamiento y aplicando a los cultivos cuando se necesita y en condiciones adecuadas», asegura María Isabel García, del grupo de Fertilización de Mabegondo. La nueva maquinaria en cuyo diseño participarán permitirá así a los ganaderos gallegos hacer un mejor uso de este valioso recurso y, de paso, reducir parte del gasto que actualmente realizan en fertilizantes químicos.

Galicia, la primera comunidad en número de equipos vendidos y en su fabricación

Tres grupos de investigación de la escuela de ingeniería de la Universidad de Santiago participarán en este proyecto: Biomodes, Visión Artificial y Arquitectura de Computación. Al primero de ellos pertenece Javier Bueno, quien asegura que en los últimos años se han comercializado en España una media de entre 500 y mil nuevos equipos de distribución del purín. Galicia se sitúa a la cabeza de las comunidades que más maquinaria nueva de este tipo adquirieron durante el pasado ejercicio, pues aquí se compraron un total de 116 equipos de los más de 400 que se vendieron en todo el país.

Pero es que, a mayores, aseguró Bueno, la comunidad es también de las que más equipos de purín fabrica, pues el 34 % de la maquinaria comercializada en España tenía el sello de hecho en Galicia. «Tres marcas gallegas están entre las seis marcas que más unidades nuevas vendieron en España», añadió. De ahí la importancia de Purinpreciso, cuyos resultados no solo beneficiarán a los agricultores y ganaderos, sino también a empresas que fabrican estos equipos.

Bueno recuerda también que mucha de la normativa que entrará en vigor en los próximos meses, o que ya es de obligado cumplimiento, forzará a los agricultores a cambiar la forma en la que aplican el purín. Ya no se puede usar ni plato ni abanico ni cañón y, en breve, será preciso registrar todas las operaciones de aporte de nutrientes en el cuaderno digital. Actualmente, los equipos electrónicos que realizan tareas como analizar el purín son costosos. Por eso, en el marco de esta investigación, se quiere diseñar un sistema que «sea mas preciso que los conductímetros actuales y que tenga un menor coste», añadió. Eso mejorará la competitividad de las empresas fabricantes y ayudará a los agricultores a aprovechar mejor el purín.