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El bonito fresco es un antídoto contra la inflación al bajar un 21 % en un año

PESCA Y MARISQUEO

Algunos de los más de veinte tanqueros vascos que este lunes atracaron en Celeiro (Viveiro), con los recipientes de cubierta donde mantienen vivo el cebo que emplean para pescar bonito
Algunos de los más de veinte tanqueros vascos que este lunes atracaron en Celeiro (Viveiro), con los recipientes de cubierta donde mantienen vivo el cebo que emplean para pescar bonito XAIME RAMALLAL

El pez frustra la pesca olímpica y a la flota le quedan 1,8 millones de kilos

19 sep 2023 . Actualizado a las 14:36 h.

Por mucho que tienda a reducirse, la inflación continúa castigando los bolsillos de los españoles. Alimentarse cuesta ahora un 10,4 % más que hace un año, según el último índice de precios al consumo (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por si no bastasen los probados beneficios de los pescados y mariscos para la salud física y emocional, resulta que también son un antídoto contra la inflación. Frescos o refrigerados, destacan entre los alimentos que menos se han encarecido, con promedios del 5,8 % y del 4,1 %. Algunos han subido, otros se mantienen y otros han bajado. Entre los últimos, el bonito del norte fresco, en plena temporada, que se paga en lonjas gallegas a 3,60 euros el kilo, un 21,6 % más barato que en septiembre del año pasado.

A esa cotización hay que sumarle el 10 % de IVA, porque el Gobierno español porfía en negarle a pescados y mariscos la mil veces reclamada reducción al 4 %, así como tasas del 3 %. Contando costes y beneficios, el kilo de Thunnus alalunga entero puede comprarse en pescaderías tradicionales a unos 8 euros, 13 si es troceado. Sencillo de preparar, un kilo de este producto tan natural, sano y nutritivo, da al menos para cuatro raciones.

Son precios de algunas pescaderías de A Mariña, el reino del atún blanco en Galicia. De Burela salen seis de cada diez subastados en esta costera. Otro 20 % se vendió en la rula de A Coruña, el 14 % en Cedeira, cerca del 4 % en Celeiro (Viveiro) y el 1 % en la de Cariño. Con Vigo, Ribeira y Cambados rozan los dos millones de kilos, según las cifras oficiales de PescadeGalicia

¿Cuándo acabará la costera?

Son poco más de uno de cada diez capturados con anzuelo, a la cacea o al cebo vivo, por la flota nacional, barcos con base en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Desde que a finales de mayo arrancó la costera, disponían de 18,6 millones de kilos. El registro oficial del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revela que ayer aún les quedaban 1,8 millones.

Igual que en años anteriores, el propio bonito ha frustrado la pesca olímpica, esa controvertida práctica que consiste en llevarse la mayor tajada de la bolsa común que comparten en el menor tiempo posible. Desde el comienzo de la costera hasta mediados de agosto, cada día se descargaban 175.000 kilos de media. Subió a 300.000 entre la tercera y la cuarta semana del mes pasado, pero desde entonces ha bajado a cerca de 60.000.

De mantenerse ese ritmo, podría haber bonito fresco español unas cuatro semanas más. Eso si Pesca no opta por lo que hasta hace unos años se había convertido en habitual, decidir el cierre precautorio de la pesquería cuando el consumo se sitúa como ahora, en el 90 % de la cuota nacional. En este caso, remataría esta misma semana.

Una flotilla vasca en Celeiro

Conocidos como tanqueros porque en esos recipientes conservan vivos los bocartes que emplean como cebo para pescar el túnido, barcos vascos y cántabros copan las descargas en los últimos años. Son los principales interesados en agotar la cuota cuanto antes, pero este verano también lamentan que la saturación del mercado les haya pasado factura porque los precios han caído más de un 20 % y, por tanto, los beneficios. También perjudica a los gallegos y asturianos, con menos capacidad de pesca al optar por señuelos artificiales y por seguir a los bancos de túnidos en su migración.

Cuando la campaña encara su recta final, las piezas son grandes, de entre 15 y 18 kilos, o muy pequeñas, de entre 3 y 5. Refugiándose del mal tiempo que dificulta su actividad y en busca de cebo vivo, más de una veintena de tanqueros vascos amarraron ayer en Celeiro. Parte de ellos desembarcaron y registraron sus capturas y las trasladaron directamente a conserveras del País Vasco. Otro subasta hoy unos 2.000 kilos en la lonja celeirense.