Esperando en Bruselas, megacigalas en Madrid y Medalla de Oro a la cofradía de Celeiro
PESCA Y MARISQUEO
Tres semanas ya sin diario, digo bien dos semanas porque el de la semana del 18 está escrito, pero no publicado porque le falta algo que intentaré hacer en breve.
Semana frustrante, en lo profesional y en lo familiar.
Empezó el domingo con el viaje a Bruselas para el Consejo de Ministros de Pesca. No hay cosa que más rabia me dé que salir el domingo de casa. No me estoy quejando porque en la misma situación están toda la gente de la mar que sale el domingo o toda a aquella que está en alta mar trabajando lejos de sus familias, solo estoy aportando mi parecer.
Avión de Asturias a Madrid y de Madrid a Bruselas. Empezamos mal el día porque el avión sale con retraso, menos mal que en el aeropuerto me encuentro a mi buen amigo Edu, de Puerto de Celeiro, nos echamos unas risas y eso alivió la tensión del retraso y la posible pérdida del enlace. Por suerte desembarcamos en una puerta H y salimos de una puerta J. Llegado a Bruselas me encuentro con la vicepresidenta de la FNCP, Carmen Navas, y la secretaria de Estepona, Luisa Benzal; que me estaban esperando de un vuelo que había llegado un poco antes.
Poco o nada más que contar del domingo, aprovechamos para descansar ante la posibilidad de tener un lunes largo.
A las seis en pie, después de dar vueltas en la cama desde las cinco y media. Los nervios del Consejo siempre me impiden dormir, y bajo a desayunar a las seis y media. Europa se despierta pronto y lo aprovecho. Aprovecho también para ir al centro, de paso que estiro las piernas, a buscar unos cascos que me había olvidado en el hotel en donde nos hospedamos a principios de noviembre en la visita al comisario de Pesca. Recuperados los cascos, volvemos al hotel donde estamos la delegación española, que este año es más numerosa que años anteriores. Nos llama la secretaria general de Pesca para decirnos que nos ve a las dos y media. Esperamos la llegada y después de la reunión seguimos con el teletrabajo. Nada que destacar en la reunión.
Pasan las horas y las noticias no llegan. Ningún papel y son las diez de la noche. Decidimos irnos a la habitación y comunicarnos por el grupo de whatsapp que tenemos. Las horas pasan y no hay nada. A la una y media de la mañana suena el teléfono: ¡es la secretaria general! La conversación breve, Basilio seguimos negociando. Ni un solo documento en toda la noche nos preocupa, sobre todo después de saber que el plenario se retoma a las nueve de la mañana. No recuerdo que en toda la noche no hicieran ningún plenario en todos los años que he asistido al Consejo de Ministros de Pesca. En fin. Durante la noche le envío whatsapp al jefe de gabinete del ministro y a la secretaria general con el mismo resultado que en la llamada telefónica: seguimos negociando. Llega por fin la mañana y me voy a desayunar a las seis y media. Me encuentro a los franceses (están siempre en el mismo hotel que nosotros) y me dicen que tampoco han recibido nada
Se retrasa el plenario, como siempre, media hora y otra media y otra más, hasta que hay acuerdo. El ministro llega a vernos a la una y media con media delegación española camino del aeropuerto o volando ya de vuelta. Yo, como en dos ocasiones ya me pasó lo mismo, tengo vuelo a última hora para volver a Madrid.
El miércoles ya en Madrid, porque ya es miércoles, me voy a la oficina y luego a ver a Capitán Agallas, jefe de prensa de Pescaderías Coruñesas, para conocer la empresa. Llama la atención cuatro cosas, el tamaño de la pescadería desde la calle, el producto que tiene a la venta, la brutalidad de lo que hay en la trastienda y sobre todo la amabilidad del dueño, Diego. Se sentó conmigo a tomar un café tranquilamente, explicándome absolutamente todo lo que le pregunté, y fueron muchas cosas, y me dijo después de una hora que se tenía que marchar y era cierto porque se fue corriendo literalmente. ¡Qué buena mañana y cuanto aprendí de este hombre de León que es un referente en pescado de calidad, de mucha calidad!. Las lubinas, percebes y sobre todo, las megacigalas que ví en esta pescadería no los he visto juntos nunca.
El jueves, ya de regreso a casa, con una videoconferencia a medias porque se acabó la batería del ordenador mientras estaba en el aparcamiento del aeropuerto de Asturias esperando a que terminara.
El viernes empezó el día de una forma dura, muy dura, pero terminó con el primer día del orgullo Mariñeiro de Burela. Tengo que dar las gracias a la Fundación Expomar y a su gerente, Brais, por darme la oportunidad de presentar este acto. Me divertí como no os imagináis y me hizo olvidar e mal trago de la mañana, fue todo un acierto esta jornada y hay que reconocer que la gente acudió en un viernes a las seis de la tarde. ¡Definitivamente, Burela es Mar!
El sábado asistí a la entrega de la Medalla de Oro que el Ayuntamiento de Viveiro le concedió a la Cofradía de Pescadores Santiago Apóstol de Celeiro. Como siempre mi buen amigo Domingo, el patrón mayor, delegó en Máximo, el secretario, el agradecimiento a tan distinguida consideración. El teatro Pastor Díaz es un escenario sin igual para este acto.
Y se termina la semana haciendo la comida para hoy domingo, algo que hago desde hace ya nueve meses, antes el domingo era de Nois y de mis Padres.
Recordad comer pescado para ser sanos y felices; y disfrutar cada momento que tengamos, no tenemos más oportunidades.