Londres y la Eurocámara reclaman la comparecencia de Zuckerberg por el uso de datos de clientes en las campañas del «brexit» y de Trump. EE.UU. abre una investigación federal y la ONU reclama un debate
21 mar 2018 . Actualizado a las 18:31 h.Facebook tendrá que dar explicaciones en medio mundo. Mientras su cotización en bolsa se desploma desde que trascendió que la red social había sufrido el robo -o la venta- de los datos de decenas de millones de usuarios a una empresa, Cambridge Analytica (CA), especializada en la manipulación de los potenciales objetivos mediante el microtargeting, su principal propietario e inventor, Mark Zuckerberg, recibió este martes la invitación del Parlamento británico para que acuda a Westminster a explicar la vinculación de su empresa con la campaña electoral del brexit y sus relaciones con otras operaciones políticas. CA, fundada por Steve Bannon, uno de los líderes de la derecha alternativa en EE.UU., también tuvo un papel determinante en la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Pero la petición de Londres no fue la única que Zuckerberg recibió ayer. También se le formuló otra en términos parecidos desde Bruselas, para que declare ante el Parlamento Europeo sobre las injerencias en los procesos electorales de los últimos meses en varios países miembro de la UE: Francia, Alemania e Italia, por ejemplo. Y los Gobiernos de Irlanda y Grecia también esperan que el millonario inventor de Facebook acuda a sus respectivas instituciones para desvelar si los usuarios de la mayor red social del mundo pueden ver peligrar sus datos o ser víctimas de un mal uso por personas interesadas en manipularlos. La ONU, por su parte, anunció la convocatoria de un debate entre gobiernos, empresas y usuarios sobre el uso de Internet y las redes sociales, aunque sin fecha.
La tormenta política también llegó a Estados Unidos, donde la Comisión Federal de Comercio anunció la apertura de una investigación sobre el caso. Mientras, Facebook apenas reaccionó con el despido de su jefe de seguridad, Alexander Stamos, que insistía en investigar la fuga de datos hasta sus últimas consecuencias y que exigía aumentar los controles para frenar la difusión masiva de noticias falsas. Stamos admitió que sus funciones dentro de la compañía habían cambiado, pero que seguía plenamente comprometido con Facebook, aunque varias fuentes señalan que abandonara del todo la firma antes de agosto.
Las críticas a la falta de seguridad de los datos en Facebook y su vulnerabilidad a las noticias falsas se recrudecieron este martes. La compra de usuarios falsos por parte de Rusia ya entró en la hoja de ruta de la investigación del fiscal Robert Mueller sobre el Rusiagate y las nuevas revelaciones sobre el escándalo de la compra de datos de perfiles en el Reino Unido disparó las peticiones de mayor control hacia la principal red social del mundo.
«Yo diseñé la guerra psicológica de Bannon», admite Wilye
¿Cómo funcionaba Cambridge Analytica? Según las denuncias del extrabajador Christopher Wilye -al que algunos equiparan en su papel de filtrador a Chelsea Manning o Eric Snowden-, su empresa se encargaba de localizar perfiles de Facebook con los que poder segmentar la oferta electoral en cada caso y multiplicar la eficacia del mensaje. «Yo diseñé la guerra psicológica de Bannon», admitió Wilye en una entrevista con The Guardian, el medio que avanzó el mal uso de los datos de Facebook y la vulnerabilidad de sus clientes.
Wilye explicó que Cambridge Analytica se apoderaba de la información por dos vías. La primera de ellas era la compra directa de datos. Algunas fuentes señalan que en una sola operación la firma bajo sospecha se apoderó de los ficheros de al menos 50 millones de miembros de Facebook. La segunda puerta obligó a recurrir a los servicios del profesor de la Universidad de Cambridge Aleksandr Kogan, que elaboró una encuesta trampa a través de la cual se apoderaba de la información de los participantes en la misma -casi siempre con la esperanza de conseguir un premio- y de sus contactos.
Vínculos con Rusia
Kogan, que ejerce como profesor asociado en la Universidad de San Petersburgo y ha sido contratado en alguna ocasión por el Gobierno ruso para investigar los estados emocionales en las redes sociales, negó haber cometido irregularidad alguna.
Alexander Nix, la tercera pata del entramado como director ejecutivo de Cambridge Analytica, fue grabado el pasado lunes por una cámara oculta admitiendo algunas de las irregularidades, aunque atribuyó las críticas «al papel de nuestra empresa en el éxito electoral de Trump». Este lunes fue suspendido por su empresa.
Entre las perlas que Nix lanzó destaca la de la manipulación de la credibilidad de cualquier candidato. «Claro que es interesante investigar a fondo a cualquiera en busca de algún trapo sucio. Pero hoy en día es mucho más sencillo tenderle una trampa a cualquiera. Hay muchas chicas ucranianas muy guapas, por ejemplo», dijo en alusión a la posibilidad de utilizar el sexo o los sobornos contra determinados políticos.
Robert Mercer, el plutócrata que engrasaba la máquina
La gigantesca maniobra de manipulación que supuestamente ha perpetrado Cambridge Analytica tiene muchos responsables, pero un financiador principal. Se trata de Robert Mercer (California, 1946), un empresario del sector tecnológico que dio el pelotazo de su vida con una consultora especializada, Renaissance Technologies, y que entró en contacto con Steve Bannon, el otrora poderoso jefe de campaña de Donald Trump, cuando este le pidió ayuda financiera para el diario digital Breitbart News, motor del pensamiento más ultra en Estados Unidos. Para entonces, Mercer, con una fortuna estimada en más de 15.000 millones de dólares, ya tenía una larga carrera de financiador de las aventuras del sector más derechista del Partido Republicano. Según datos oficiales, él directamente aportó a diversas campañas de esta formación más de 34 millones de dólares desde el 2001. Y su empresa, otros 52 en el mismo período, lo que le convierte en el principal donante de los republicanos y le coloca como uno de los diez plutócratas más influyentes de país.
Además, Mercer forma parte activa, incluso como financiador, de varios grupos de pensamiento ultraderechista, como Make America Number 1 -cuyo parecido con el eslogan electoral de Trump no parece una simple casualidad- o Freedom Partners.
Ensayo con Farage
Este millonario estadounidense que odia los medios de comunicación tradicionales, está casado, tiene tres hijas y reside en una mansión de las afueras de Nueva York bautizada como Nest's Owl (El Nido del Búho). Según las primeras investigaciones, financió con 15 millones de dólares el proyecto de Cambridge Analytica de segmentación de datos de los usuarios de Facebook y los utilizó para apoyar primero la campaña en favor del brexit liderada por Nigel Farage y, posteriormente, en respaldar las aspiraciones presidenciales de Trump, a pesar de que en las primarias republicanas había apostado por Ted Cruz, al que financió con 13 millones de dólares. Curiosamente, Nigel Farage fue el primero en reunirse con Donald Trump en su ático de Nueva York horas después de la inesperada victoria electoral del magnate frente a Hillary Clinton.