La Wikipedia es la novena web más visitada del mundo. Cada mes se consultan alrededor de 20.000 millones de páginas de esta enciclopedia online escrita de forma colaborativa, pero su influencia va mucho más allá de ese tráfico.
Es referenciada como fuente fidedigna de información por periodistas e investigadores y sus 40 millones de artículos forman opinión pública, aunque la mayoría no conozcan ni cómo funciona ni quién está detrás de la misma. ¿Cuántos de sus cientos de millones de usuarios saben, por ejemplo, que en sus orígenes fue financiada con los beneficios que daban webs de “contenidos para adultos”?
Reconozco que mi primera intención era hacer un texto sobre la inconsistencia y arbitrariedad de la gestión de la Wikipedia. Primero, para reforzar mis propios sesgos. He sufrido en mis propias carnes cómo, tras intentar colaborar con la enciclopedia añadiendo o completando contenido, mis tímidas aportaciones eran eliminadas con justificaciones que me parecían marcianas y acababan con cualquier ilusión de participar en un proyecto que -desde fuera- se siente elitista, opaco y poco amigable con el recién llegado. Pero, sobre todo, por este tweet publicado por Hadi Hariri:
Yo puedo ser un zocolotroco y pisar algún callo sin darme cuenta, pero Hadi es un ser de luz. Un profesional de reconocido prestigio que ha llegado lejos sin decir una palabra más alta que la otra y sin ningún muerto en el armario. Ver cómo alguien le hacía daño era sencillamente insoportable. Como ver zarandear a un koala o a unos padres comprándole a sus hijos un primer ordenador con Windows instalado. Insoportable.
Me puse a buscar información que confirmara mi opinión, pero cuanto más leía mejor comprendía lo que nos había pasado a Hadi y a mí. No habíamos chocado contra una caterva de mediocres trolls cuyo máximo logro en la vida había sido conseguir permisos de administración en una web, sino contra una realidad compleja.
Porque Hadi y yo nos habíamos aproximado a la Wikipedia como si fuera una simple página web, y donde nos estábamos internando era en el mayor proyecto colaborativo de la historia de la Humanidad. Un proyecto capaz de sumar y coordinar a cientos de miles de personas de todo el mundo que no se conocían entre sí y que contaba con sus propias normas y costumbres. Mucho más que simple software, una auténtica Nación Wiki cuyo sistema de gobernanza ha ido evolucionando de forma similar a la de los estados reales, con los que se pueden encontrar múltiples paralelismos.
Legalmente, la Wikipedia depende de la fundación sin ánimo de lucro Wikimedia Foundation, que es la responsable de mantener el chiringuito abierto y paga la fiesta. La fundación cuenta con 300 empleados y un presupuesto de alrededor de 80 millones de dólares al año que cubre sobradamente con las donaciones de particulares y empresas. Otra cosa es cómo se organiza internamente la enciclopedia en sí.
La Ley de la Wikipedia
Para empezar, hay que comprender que la Wikipedia no es una democracia sino una aristocracia, en el sentido estrictamente etimológico del termino. Un gobierno de «los mejores» donde los usuarios normales no tienen ni voz ni voto, y encabezado por el fundador-emperador Jimmy Wales, que ha conservado atribuciones y privilegios por encima de cualquier otra persona.
Otra cosa que no suele conocerse es que más allá de respetar su «Constitución» -un conjunto de políticas generales y principios conocidos como «Los cinco pilares»- cada versión de la Wikipedia se gestiona de forma independiente y autónoma, excepto en caso de que haya graves incidentes -revueltas, guerras civiles, movimientos separatistas- en cuyo caso, el emperador y su ejército de administradores actúan de forma contundente para restablecer el orden.
Así, por ejemplo, cada Wikipedia determina quiénes son esos «mejores» que tienen derecho a voto. En la Wikipedia en castellano, por ejemplo, se exige haber realizado al menos 500 contribuciones, tener una cuenta de usuario registrada y que dicha cuenta tenga al menos 6 meses de antigüedad. En la Wikipedia italiana, sin embargo, para participar en una votación sobre una página en concreto sólo hace falta haber efectuado 50 aportaciones y tener una cuenta con 30 días de antigüedad. Lo mismo pasa con los requisitos para convertirse en bibliotecario, los guardianes de la pureza wikipedil. En la versión castellana se exige tener un año de antigüedad y superar una votación con un 75% de votos a favor, mientras que en la italiana basta con tener dos meses.
Otra peculiaridad de la Wikipedia es que, al contrario que en todos los sistemas democráticos modernos, se invierte la carga de la prueba. Es decir, los bibliotecarios no tienen que probar que eres culpable de una acusación sino que te toca a ti demostrar que eres inocente. Especialmente en el caso de que surja una polémica en torno a dos temas especialmente nebulosos: la relevancia del nuevo contenido creado y los potenciales conflictos de intereses.
Una vez más, las políticas sobre relevancia divergen en la Wikipedia original en inglés y en castellano, pero la segunda parece un subconjunto de la primera y se complementa bien por la misma. Después de leerlas es fácil llegar a la conclusión de que no es buena idea crear o editar una página sobre un proyecto, organización o hecho en el que estemos directamente involucrados. Aunque no sea algo definitivo para determinar la relevancia de una página, podría chocar contra la política de conflicto de intereses y ser visto como un ataque al principio de neutralidad.
Si hubiéramos conocido esas políticas, probablemente Hadi y yo hubiéramos actuado de forma diferente. Yo no habría creado ningún artículo relacionado con mi actividad profesional, sino que habría propuesto su creación, y Hadi habría detallado en su perfil de usuario su situación laboral para que nadie pudiera dudar de su buena fe. Desgraciadamente, ninguno de los dos las aplicamos ni resolvimos nuestras disputas usando los procedimientos y tiempos establecidos por la Wikipedia. Un auténtico choque cultural contra un sistema que ni nos entendía ni entendíamos.
Los fallos del sistema
Por supuesto, el conjunto de normas y procedimientos que rigen la Wikipedia no son infalibles y no garantizan el correcto funcionamiento del sistema. De hecho, surgen polémicas y conflictos de forma constante... como los generados por la Administración de cualquier estado.
Hace unos meses, El Confidencial publicó un artículo muy interesante sobre el supuesto sesgo ideológico de la Wikipedia en catalán. Lo cierto es que, en su artículo sobre la Champions League, al Barça se le atribuye como nación «Catalunya» y al Valencia CF «País Valencià». La justificación de los bibliotecarios es que al ser una edición específica en catalán detallan los territorios y regiones catalanoparlantes, pero eso no explica por qué el Deportivo de la Coruña aparece como un equipo de «Galiza» y la Real Sociedad del «País Basc», ni tampoco que otros equipos como el Betis o el Atleti no sean de «Andalucia» o «Madrid» sino simplemente, de España. Todas las ideas y opiniones son muy respetables y -estoy seguro- cada uno tendrá la suya sobre si esa redacción respeta los principios de punto de vista neutral y carácter enciclopédico que, al menos en teoría, caracterizan a la Wikipedia.
Tampoco están a salvo de organizaciones que quieren hackear sus reglas en beneficio propio. En 2013, el periódico Expansión publicó un artículo sobre cómo las empresas del IBEX manipulaban sus páginas en la Wikipedia. Empleados del Grupo Santander censuraban información sobre las causas judiciales que afectaban a la familia Botín, la agencia de relaciones públicas Archibald Ingall modificaba continuamente la página de Gas Natural -y eliminó cualquier referencia a la OPA frustrada que lanzó sobre Endesa- y personal de la agencia de comunicación Llorente y Cuenca -que tenía a Repsol entre sus clientes- modificó la información sobre la nacionalización de YPF calificándola de «expropiación» y de medida «inconstitucional». En el 2014, un grupo de agencias de relaciones públicas se comprometieron a hacer un uso «ético» de la Wikipedia. Evidentemente, no todas se adhirieron.
Ni siquiera la propia enciclopedia se libra de la polémica. El mismísimo Jimmy Wales, fundador de la Wikipedia, editó su propio perfil hasta 18 veces para eliminar cualquier referencia a Larry Sanger -cofundador de la Wikipedia, con el que partió peras y acabó como el rosario de la Aurora- o suavizar el peso de las webs pornográficas en la cuenta de resultado de Bomis, la compañía que financió el germen de la Wikipedia. Wales tuvo que disculparse públicamente cuando las ediciones salieron a la luz.
No es la única controversia sobre el sistema de gobierno de la página. La página Wikipediocracy informa puntualmente sobre los problemas estructurales de «la enciclopedia que todo el mundo puede editar» y la propia Wikipedia mantiene una lista de las mismas. Pero lo realmente importante no es determinar si las normas, costumbres y procedimientos de la Wikipedia son perfectos sino si podríamos mejorarlos, teniendo en cuenta que deben aplicarse a cientos de miles de personas que colaboran y se auditan entre sí.
Epílogo
Son esas normas y ese sistema de gobierno las que me han permitido averiguar todo lo que pasó en el caso de Hadi, pudiendo seguir con total transparencia las acciones de unos y otros.
Un tal Bernardo Sulzbach editó la página sobre el lenguaje de programación Kotlin, creado y financiado por JetBrains -la empresa donde trabaja Hadi- con una redacción que da a entender que Kotlin está siendo patrocinado por JetBrains y Google con el mismo nivel de implicación -«Kotlin is sponsored by JetBrains and Google through the Kotlin Foundation»- cuando eso no es cierto. Hadi editó la página para clarificar ese punto y un editor con el apodo de MrOllie deshizo los cambios de Hadi y Hadi los volvió a rehacer. Según las normas de la Wikipedia, no tenía que haber editado el contenido directamente sino haber iniciado un debate en la página del artículo explicando sus motivaciones para pedir el cambio. Eso fue el centro de la polémica.
Personalmente creo que Hadi tiene razón y la frase que actualmente se mantiene en la versión actual de la página de Kotlin lleva a confusión sobre el nivel de implicación de Google en el desarrollo del lenguaje, pero se equivocó en la manera en la que intentó solucionar el problema. En cualquier caso, lo importante no es lo que yo piense, sino que desde mi despacho he podido seguir el desarrollo de toda la polémica, comprobando el histórico de cambios del artículo, la página de conversaciones de Hadi, de Bernardo Schulzbach y de MrOllie, de la misma manera que podríais haberlo hecho vosotros. ¿Qué organización o estado ofrece hoy por hoy semejante nivel de transparencia?
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