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Muere Vittorio Gassman, «Il mattatore»

B. IRABURU ROMA

TELEVISIÓN

«Con él desaparece uno de los pilares del teatro», afirmó Darío Fo, dramaturgo y Premio Nobel de Literatura Vital, versátil y a veces atormentado, Vittorio Gassman, el actor italiano más completo de su generación, murió de una crisis cardíaca en la noche de ayer en su casa romana, mientras dormía. Gassman, que tenía 77 años, sufrió en las últimas décadas de una intermitente depresión, pero no dejó de trabajar hasta hace pocos meses. Los romanos le despedirán en la capilla ardiente que quedará hoy abierta en el salón del ayuntamiento y mañana durante la celebración de unos funerales religiosos.

29 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Hacía tiempo sufría de enfisema, enfermedad pulmonar que le torturaba más que nada porque los médicos le prohibían fumar, un veto que se saltaba cada vez que Diletta DïAndrea, su cuarta y definitiva esposa, miraba hacia otra parte. El cariño de su compleja familia, los pitillos a escondidas, y su inmensa pasión por la vida le acompañaron hasta que le falló el corazón. «No consigo creer que ha muerto. Parecía inmortal», dijo Claudia Cardinale, compañera de reparto en I Solito Ignoti, de Mario Monicelli, la parodia de Rififi que, en 1958, consagró, por fin, a Gassman como actor de cine. La desaparición de Vittorio Gassman, uno de los grandes mitos de la escena teatral y cinematográfica italiana y europea, ha conmocionado al país, que llora desconsoladamente la pérdida de Il mattatore, como le llamaban los italianos. «Estamos todos destrozados, no podemos olvidarle», resumió la actriz Monica Vitti. El primer ministro italiano, Giuliano Amato, expresó el sentimiento común de una generación de italianos para los que recorrer la vida de Gassman «significa recordar las páginas más bellas de nuestra cultura teatral y cinematográfica». Numerosos amigos de Gassman, en su mayoría actores y directores, compañeros de viaje durante su larguísima carrera, acudieron espontáneamente al domicilio familiar para rendirle homenaje y compartir el doloroso trance con Diletta D''Andrea, la última de sus cuatro esposas, y su hija Paola. También Alberto Sordi, que trabajó en dos ocasiones con Gassman para la gran pantalla, mencionó la «estima y amistad» que le unía al actor y evocó con emoción el rodaje de La gran guerra, de Monicelli. «Con Gassman desaparece uno de los pilares del teatro», subrayó el autor teatral Darío Fo, quien evocó para el recuerdo la imagen del desaparecido actor en la oración fúnebre de Marco Antonio en el Julio César de Shakespeare.