Junto a Gloria van Aerssen, formó uno de los grupos más inclasificables de la música española Carmen Santonja, miembro del dúo musical Vainica Doble, falleció en la madrugada del domingo en Madrid. Bisnieta del pintor Eduardo Rosales e hija de una apasionada de la música, Santonja, trabajó como actriz en los espacios infantiles que en directo dirigía su cuñado, el cineasta Jaime de Armiñán, y en las películas «El cochecito» y «La niña de luto». A mediados de los sesenta, empezó a componer temas junto con su amiga Gloria Van Aerssen, con la que acabó formando el dúo Vainica Doble.
23 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Vainica Doble, Heliotropo, Contracorriente, El eslabón perdido, El tigre de Guadarrama, Taquicardia, Carbono 14 y Coser y cantar conforman la discografía de Vainica Doble que también crearon sintonías para series y programas de televisión (Fábulas, Tres eran tres, Suspiros de España, Las doce caras de Eva y Juncal), temas para la película Un, dos, tres, al escondite inglés, de Iván Zulueta, y firmaron la banda sonora de la cinta de José Luis Borau, Furtivos. La desaparecida Carmen Santonja, que estudió en el Conservatorio y que en solitario compuso la banda sonora de la cinta nacional Al servicio de la mujer española y Gloria Van Aerssen siempre fueron por libre, desmarcándose del resto del panorama musical y anticipándose a lo que después se pondría de moda, caso de los singles que lanzaron en los años 70, Un metro cuadrado, que tiene evocaciones de gregoriano, y La ballena azul, una apuesta por la ecología. Muerte de Eladio Cabañero Por otra parte, el poeta Eladio Cabañero, Premio Nacional de Literatura en 1963 y Premio de la Crítica en 1971, murió ayer en Madrid a los 69 años tras agravarse su estado de salud, precario en los últimos tiempos desde que en septiembre de 1996 sufriera una trombosis por la que tuvo que permanecer ingresado varios días, según un comunicado de prensa del Ayuntamiento de Tomelloso. Cabañero, prototipo de poeta autodidacta, nació en Tomelloso el 6 de diciembre de 1930 y trabajó durante su niñez y juventud en las viñas y la albañilería, actividades que dejó en 1956 para trasladarse a Madrid. Trabajó en la Biblioteca Nacional durante doce años y diez en la editorial Taurus, además de ejercer como redactor-jefe de la Estafeta Literaria durante once años. Fue también un asiduo colaborador de diarios y emisoras de radio.