«Leo», nueva película de Borau

EFE MADRID

TELEVISIÓN

BALLESTEROS

El gallego Luis Tosar figura en el reparto de la cinta que cuenta una trágica historia de amor y muerte La frase de Shakespeare «un gran amor sólo merece llamarse así cuando acaba con la muerte» ha servido a José Luis Borau como base para su nueva película, «Leo», que interpretan, entre otros, Icíar Bollaín, Rosana Pastor, Javier Batanero y el gallego Luis Tosar. Una historia de amor apoyada en esa frase y que simboliza una afilada y reluciente navaja es la que vive Salva (Batanero), que trabajo como vigilante nocturno en un gran polígono industrial madrileño. La cinta se estrenará el próximo fin de semana

29 ago 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

El protagonista de la historia de amor se enamora, para su suerte o desgracia, de Leo (Bollaín), una mujer de turbio pasado del que cree que puede huir con la desaparición de Gabo (Valeri Jlevinski), un maestro de artes marciales extranjero con el que ha mantenido una estrecha relación. Pese a los consejos de su compañero Paco (Luis Tosar), Salva intenta ayudar a Leo, buscándole trabajo en un taller de ropa clandestino de rumanas que regenta Merche (Rosana Pastor) en el mismo polígono, y poco a poco se va envolviendo más en la angustiosa y tensa vida de la joven. «Cuando a Juan Rulfo le preguntaron por qué escribió Pedro Páramo, contestó que porque quería leerlo y, salvando todas las distancias entre Rulfo y yo, podría contestar que he hecho Leo por lo mismo, porque quiero verla», explicó ayer Borau en la presentación de la película. El noveno largometraje de este cineasta, ex presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, es un riesgo por las novedades que presenta, no sólo en su estructura -relata el pasado desde el presente sin utilizar el recurso de los flashback- sino por el punto de vista desde el que está contada, que no permite al espectador identificarse con ningún personaje. «He hecho un experimento y yo soy el primero que lo paga», reconoció Borau. «En una película tiene que haber un personaje con el que se identifique el espectador, y aquí no se puede, se les contempla como a los animales en un zoo, sin inmiscuirte en la acción». Apunta que «eso es muy peligroso y nuevo, e incluso la protagonista no cae simpática, pero las películas hay que hacerlas con lo que se piensa de verdad, si no haces un producto de consumo y de diversión, y para eso ya están otros». También contó Borau que la película, que ha producido él mismo, le ha «absorbido» dos años de su tiempo.