Rafael Alvarado Ballester, académico de la Lengua, doctor en biología, experto en botánica y titular del sillón M desde hace 20 años en la docta institución que «fija, limpia y da esplendor» a nuestro idioma, murió ayer en su domicilio de Madrid, a los 77 años, a causa de un ataque al corazón. La aportación más notable del Alvarado a la Real Academia, en la que desempeñó los cargos de tesorero y secretario en funciones, fue la revisión de los términos científicos incorporados al diccionario. Alvarado también era miembro de la Academia de Cirugía y Medicina de Galicia, de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y del patronato de la Fundación Cánovas del Castillo. Era actualmente catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid.