Los ladrones que asaltaron el piso de Esther Koplowitz la madrugada del miércoles y sustrajeron una valiosa colección de obras de arte renunciaron a robar algunos cuadros, también de gran valor, entre los que destacan tres tablas flamencas del siglo XIV, que permanecen colgadas en el salón comedor del inmueble sin haber sido tocadas, según informaron a Europa Press fuentes policiales. Las tres tablas flamencas, de la época de Peter Brueghel y cuya obra Las tentaciones de San Antonio sí fue sustraída por los ladrones junto a otras 13 obras pictóricas, permanecían colgadas de la pared del salón comedor que albergaba la colección donde fue depositaba porque en el inmueble se acometía en estos días la reforma de su solado. Además, la Policía comprobó que estas pinturas ni fueron tocadas. Por el momento, la investigación del robo se centra en la elaboración de una lista con la relación de las personas que durante el último mes acudieron a la casa de Esther Koplowitz, entre las que constarán los operarios que llevaron a cabo la referida reforma en el inmueble. Estimaciones Los expertos consultados también señalaron que intentar hacer una estimación del coste total de las obras robadas es especular con cifras astronómicas. Cualquiera de los dos goyas sustraídos rondaría en el mercado legal los cincuenta millones de dólares (unos diez mil millones de pesetas), lo suficiente para convertirse en una pieza estrella en cualquier museo de prestigio. Además, Esther Koplowitz no tenía aseguradas sus obras, debido al elevado coste de hacerlo. Una de las hipótesis que toma fuerza es la de que el robo fue cometido por encargo de un coleccionista. Se cree que podría ser estadounidense o norteamericano de nacionalidad, que habría contratado a especialistas para el robo.