El bilingüismo «nunca es un factor en contra del rendimiento escolar, y no sólo no es verdad que el monolingüismo favorezca el rendimiento, sino que incapacitaría para el aprendizaje de otras lenguas». Jaume Sarramona, profesor en la Autónoma de Barcelona y presidente del Consejo Superior de Evalución del Sistema Educativo Catalán, hizo esta afirmación en el marco de la octava Conferencia Internacional de Lenguas Minoritarias que se celebra en Santiago. Este hecho no se circunscribe únicamente al ámbito de Cataluña, porque, como declaró Samarramona tras su intervención, un estudio del año 99 del Instituto de Ciencias de la Educación del Estado entre alumnos de Primaria de toda España constata que el rendimiento de los alumnos monolingües es inferior en las áreas de Lengua, Matemáticas y Ciencias Sociales que el de los bilingües. Según esto, «lo que no se podrá decir, en el conjunto de España, es que los que tienen como lengua familiar el castellano son de un contexto socioeconómico más bajo que los otros». La conclusión para este experto en evaluación educativa es que, en cualquier caso, «nunca se puede utilizar como arma el que si hubiera una sola lengua en la escuela el rendimiento sería más alto. En general, quienes utilizan ese argumento siempre piensan que debería ser el castellano. En estos planteamientos hay más bien posicionamientos ideológicos, cuando monolingüe no puede serlo ya nadie y ser bilingüe es una realidad, al menos en parte del Estado». Que el catalán sea la lengua de relación en los centros educativos no lo logró la Ley de Política Lingüística de Cataluña. Logró «que los alumnos salen del sistema educativo dominando español y catalán». El fracaso viene después, porque, como sucede en Galicia, «hay cierto retroceso en el uso social del catalán», sobre todo entre los jóvenes.