Hace 150 años, cuando fue publicada por primera vez, creó desconcierto pero el tiempo situó a Moby Dick entre los grandes e inmortales clásicos de la literatura. Una nueva edición, ilustrada y con una traducción inédita en España, llega ahora a rescatar este símbolo universal. «Pensé en darme al mar y ver la parte líquida del mundo. Es mi manera de disipar la melancolía». Esta frase, con la que el narrador de Moby Dick inicia su largo relato, puede resumir también los motivos que han llevado a Constantino Bértolo, director de Debate, a publicar la nueva edición de «un hito literario de tanta importancia como puede ser la obra de Shakespeare». Bértolo quería hacer una nueva edición española de la obra más famosa del escritor Herman Melville (Nueva York, 1819-1891) para publicarla con las ilustraciones expresionistas que el pintor, dibujante e ilustrador Rockwell Kent (1882-1971) había hecho en los años 30 para una edición estadounidense. A las ilustraciones de Kent, una de las víctimas de la «caza de brujas» de McCarthy, se sumaron otros dos buenos motivos, el literario de traer a España una nueva y prestigiosa traducción -la realizada en los años 70 por el escritor e intelectual argentino Enrique Pezzoni- y el conmemorativo, ya que se cumplen 150 años de la primera publicación de Moby Dick en Inglaterra y EEUU.