
El actor nortemericano estrena dos películas, de las que «K-pax» opta firmemente a los Oscar Kevin Spacey, el actor que a pesar de tener ya dos Oscar a sus espaldas aún sigue buscando cada día inspiración en los trabajos de su idolatrado Jack Lemmon, quiere cambiar de aires. Harto de interpretar a personajes que han convertido el cinismo en un arma de vida, en sus dos nuevas películas, «K-Pax» y «The shipping news», encarna a a dos héroes positivos: un extraterrestre con poderes para sanar las heridas del corazón y un hombre que busca su segunda oportunidad tras un fracaso amoroso.
05 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.A Kevin Spacey se le conoce por sus sólidas caracterizaciones de personajes casi siempre al límite: cínicos redomados, ambiguos y desencantados de la vida como el que le proporcionó el Oscar en American beauty. Pero ahora ha decidido darse un respiro y en su nueva película, K-Pax, a punto de estrenarse aquí, el actor interpreta a un supuesto extraterrestre en el que algunos han creído encontrar rasgos de la personalidad mesiánica del mismísimo Jesucristo. Planteado como una intriga de ciencia-ficción, el nuevo filme de Iain Softley (Las alas de la paloma, Hackers) enfrenta al espectador ante el dilema de averiguar si Spacey es en verdad Robert Porter, un chalado que afirma venir de otro planeta, o simplemente Prot, un enigmático visitante del planeta K-Pax, de inconfundible apariencia humana, que ha decidido darse un paseo por Nueva York y ayudar a las personas a encontrar la felicidad en sus corazones. Mientras se resuelve el entuerto, Prot es recluido en un hospital psiquiátrico (al más puro estilo de Alguien voló sobre el nido del cuco), donde deberá seguir una terapia con el doctor Powell (Jeff Bridges), que no atraviesa su mejor momento personal. El filme, que ha arrasado en la taquilla estadounidense, y se presenta como una de las grandes bazas de los próximos Oscar, está basado en K-Pax, el best-seller del investigador de genética natural Gene Brewer. La novela, que el año pasado se publicó en España, se ha convertido en uno de los nuevos reclamos del movimiento New age, con su mensaje mesiánico y su exaltación de los buenos sentimientos. Precisamente, lo que más parece haber llamado la atención en esta adaptación cinematográfica han sido sus diálogos, en los que se confrontan las dudas del psiquiatra encarnado por Jeff Bridges, un hombre que se desliza por la pendientes de una vida vacía, rutinaria y gris, y las palabras de un Prot, que se detiene a hurgar en el interior de las personas para conjurar las causas de su infelicidad.