El genio esquizofrénico

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ A CORUÑA

TELEVISIÓN

ELI REED

Los críticos de cine ya han calificado a «Una mente maravillosa» como la mejor película de Howard y la principal aspirante a los Oscar Las distribuidoras parecen haberse puesto de acuerdo para que dos de las películas norteamericanas más esperadas de la temporada, se estrenen simultáneamente en taquilla aún resultando radicalmente distintas y opuestas, en la medida que Ridley Scott («Black Hawk derribado») se parece a Ron Howard («Una mente maravillosa»), lo que un pingüino a un camello... Habrá que hacer juegos malabares para llevarse las dos a los ojos y pillarlas frescas aunque su presencia en cartel está prácticamente garantizada hasta después de los Oscar. Los dos estrenos restantes son comparsas, aunque a priori tampoco desdeñables.

21 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

El Nobel de Economía de 1994 fue para el científico estadounidense John Nash, todo un personaje cuya vida recreó Sylvia Nasar en una novela sobre la que Akiva Goldsman escribió el guión para Ron Howard bajo el paraguas de DreamWorks. Nominada a ocho Oscar, todas las quinielas la dan como segura ganadora, incluyendo a su protagonista Russell Crowe que recibiría su segundo Oscar tras Gladiator. En algo más de dos horas, la trama recrea los aspectos más importantes en la vida de Nash, un cerebro privilegiado que durante los años cuarenta elaboró una llamada «teoría del juego» para acabar captado por los servicios secretos estadounidenses con el fin de descifrar los complejos códigos de la logística soviética durante la Guerra Fría. Fue un genio hasta que la esquizofrenia lo recluyó en una institución mental de la que saldría recuperado. Aunque se trata de un biopic cuyo principal atractivo está en la compleja vida de Nash, la crítica (aún unánime al calificarla como la mejor película de Ron Howard), le reprocha la excesiva blandura del guión, olvidando los escándalos de faldas de Nash, su bisexualidad y sus excesos con el alcohol. Una película que estuvo a punto de no existir Entre las anécdotas previas de Una mente maravillosa, destaca que Robert Redford fue el primer director al que se ofreció filmarla. También que el proyecto estuvo a punto de no ser rodado ya que los productores consideraban que la historia de Nash carecía del suficiente gancho comercial para el público más joven, que es el principal nutriente de las pantallas cinematográficas. Sin embargo, en sus nueve primeras semanas en pantalla en Estados Unidos ya superó los 140 millones de dólares (160 millones de euros) de recaudación, suficientes para amortizar los poco más de cuarenta y cuatro que costó la producción.