El argentino Tomás Eloy Martínez se adjudicó el premio Alfaguara de novela

MIGUEL LORENCI MADRID

TELEVISIÓN

BALLESTEROS

«El vuelo de la reina» es una metáfora sobre la cruda situación de su país, la corrupción y su relación con el poder El escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez (Tucumán 1934) es el ganador del premio Alfaguara de novela, que fallaba este lunes su quinta edición. Dotado con 190.000 euros ¿algo más de 32 millones de pesetas¿, se lo adjudicó por mayoría con su novela «El vuelo de la reina» que presentó a concurso bajo el seudónimo de J.S. Carmona . Según explicó el propio escritor desde Buenos Aires, es una metáfora sobre la cruda situación que vive su país y en la que se abordan temas como la corrupción y su estrecha conexión con el poder. Una trágica realidad que en la novela contrapesa con generosas dosis de buen humor.

05 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Fue considerada la mejor por un jurado de lujo que presidía Jorge Semprún y que tuvo en consideración las cinco finalistas seleccionadas entre los 433 originales presentados a esta quinta edición del premio, de vocación panamericana. «No nos cabe duda de que era la mejor entre las cinco seleccionadas, una novela muy conseguida, con crítica social, autoanálisis de los personajes, a veces cruda y desagradable, pero una poderosa metáfora de la realidad argentina de los últimos años», resumía Jorge Semprún en su calidad de portavoz del jurado. Los suburbios de la lengua Un análisis que compartía un felicísimo Tomás Eloy Martínez que recibía el galardón «confundido, abrumado y emocionado». «Pertenezco a los suburbios de la lengua española y me alegra que el premio venga a parar a Argentina cuando las desdichas se abaten sobre mí país» eran sus primeras palabras de agradecimiento. «Esta novela ¿precisaba luego¿ es en efecto una metáfora sobre la realidad angustiosa que vive Argentina, con sus traiciones y corrupciones». «Siempre escribo sobre lo que desconozco tratando de aproximarme a la esencia del corazón humano, en este caso a través de la situación argentina, que es el telón de fondo de la novela; un friso con formas y variantes de corrupción, hipocresía y abusos de poder», enumeraba. Un friso que percibimos a través de la peripecia de Camargo, un director de un influyente periódico bonaerense que el propio Tomás Eloy Martínez describió como «oscuro, brillante, obsesivo y trágico, pero que en medio de la angustia del país busca el humor y la alegría de la vida». Obsesiones y lacras La novela traza un juego especular entre las obsesiones del periodista y las lacras que laceran al país. Un humor que es una herramienta irrenunciable para el veterano escritor, convencido como está de que «un texto trágico no tiene sentido sin el contrapeso del humor». «No hay personajes históricos de relevancia, pero sí personajes vivos y reconocibles que interactúan con los de ficción», precisaba. «En todo momento la realidad estuvo presente, pero según avanzaba la novela, se hizo más compleja y más oscura. Son los sueños de esa realidad convertidos en ficcion», afirmaba. Aseguraba también que su experiencia y su visión de los medios de comunicación «es circunstancial». «Lo importante en la novela ¿afirmaba¿ son las idas y vueltas de las pasiones, de modo que los episodios que protagonizan los periodistas se presentan como peripecias de seres humanos por los que pasa la realidad como un torrente circulatorio». Tomás Eloy Martínez comenzó a publicar cuentos y poemas desde su adolescencia. Ha escrito además varios guiones y un ensayo sobre cine, pero debe su reconocimiento a novelas como «Sagrado» (1969), «La mano del amo» (1991) y colecciones de relatos como «Lugar común la muerte». Fueron sin embargo dos novelas de corte histórico sobre la argentina del siglo XX las que mas lectores le procuraron, «La novela de Perón» (1985) y «Santa Evita» (1995).