
Las aventuras del marino ideadas por Hugo Pratt se siguen vendiendo en todo el mundo «La balada del mar salado» se publicó por entregas en una revista entre 1967 y 1969
15 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Marino de ojos negros y patillas infinitas, Corto Maltés lleva a la muerte como novia y la deja plantada en cada viñeta. Lo hace desde 1967, cuando apareció por primera vez en los mares del sur. Cumple en este verano 35 años, aunque la biografía oficial indica que dio sus primeros pasos en 1887. Ahora, el autor italiano Hugo Pratt y su personaje más célebre están desaparecidos, pero las aventuras de Corto Maltés siguen vendiéndose con regularidad en todo el mundo, aunque Italia y Francia son las dos plazas más importantes. En España, Norma Editorial se ha embarcado en la recuperación de todos los cómics del marino, tanto en formato individual como en cofres. También habrá homenaje en el cine, con la versión animada de Corto Maltés en Siberia , por Pascal Morelli. Todo comenzó en La balada del mar salado . Esa obra le permitió a Pratt cambiar su imagen de dibujante mercenario por la de un artista que proyectó una parte de su azarosa y viajera vida en Corto Maltés. Aquel cómic, que en 1967 apareció por entregas en la revista Sargento Kirk , fue la mejor carta de presentación para un aventurero con el que el lector se implica e identifica. Marcó un hito. Aunque años después (1969) desavenencias entre Pratt y los promotores finiquitaron aquel tebeo, el entonces ya italoargentino se dio cuenta de la trascendencia de su personaje. Durante los setenta se centra en este único personaje, diseñando una estética muy particular y reconocible y perfilando un carácter extraordinario como rompecorazones, aventurero, apátrida, luchador y amigo. Y un tipo con suerte siempre con un océano de fondo y de su lado. Doce álbumes Son en total 12 los álbumes que comprenden pequeñas aventuras o grandes hazañas, con personajes fijos o accidentales. Pero cualquiera de ellas, encuadradas en el primer tercio del siglo pasado, se ciñe a la historia de aquel momento. De hecho, la última referencia que se tiene de Corto es durante la Guerra Civil, alistado en las Brigadas Internacional. Desaparecido, que no muerto, dicen sus nostálgicos. Fue, precisamente, en un lugar, España, del que era originario: su madre era un gitana sevillana a la que llamaban La niña de Gibraltar. Su padre, un marino británico. Corto nació en Malta pero recuerda constantemente que él no es de ninguna parte. Sólo un papel atestigua que es súbdito británico. Las aventuras de Corto se acaban en 1988. Queda la duda de si Hugo Pratt tenía en mente proseguir con las peripecias del marino. Se llevó, en ese caso, la historia con él. Falleció un agosto de 1995 cuando ya era una referencia mundial. ¿O lo era Corto Maltés? De la complicidad entre ambos escribió Umberto Eco: «Pratt no es el Corto de La balada , sino el Corto más mágico de las últimas historias, ésas que en aquella época Pratt todavía no conocía...»