El escritor Luis Goytisolo cree que la literatura y el poder «deben ir separados siempre», y en ese sentido opina que lo mejor sería «suprimir todos los premios nacionales y el Cervantes, para evitar caer en un juego de amiguismo donde se premia a los más afines». Goytisolo, que acaba de publicar su libro El porvenir de la palabra, un compendio de artículos suyos aparecidos en prensa, no oculta que en 1993 le gustó ganar el Nacional de Narrativa por su Estatua con palomas , pero dice que su reflexión es válida para cualquier Gobierno. La novela, en fase final Goytisolo vaticinó hace diez años el declive de la novela, género, decía, que había entrado «en su fase final». Hoy insiste en que es la creación literaria «la que ha perdido presencia en la sociedad» y esto no por pesimismo sino porque se limita a «registrar los cambios que se van produciendo en la sociedad; es como la gente que se empeña en que el teatro está vivo; el teatro está en la uvi desde hace bastante tiempo». Y con la poesía pasa algo similar: «Hay muchos poetas y algunos muy buenos, pero lo que se ha terminado es la innovación», sostiene el escritor y académico de la lengua.