Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El MOMA de Nueva York muestra, en 132 obras, la compleja relación que mantuvieron Matisse y Picasso

Alejandra Villasmil NUEVA YORK

TELEVISIÓN

13 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La exposición Matisse-Picasso, que explora la compleja relación entre ambos maestros del arte moderno, se inauguró ayer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) tras su exitoso recorrido por París y Londres. La muestra, que en Estados Unidos se verá sólo en Nueva York, reúne 132 pinturas, dibujos, esculturas y los collage de siluetas de papel, agrupados de forma tal que revelan las afinidades, influencias y contrastes entre ambos artistas. El recorrido comienza en 1906, con los autorretratos pintados cuando se conocieron en París, a través de Gertrude Stein, y obras que intercambiaron poco después, como el Retrato de Margarita (1906) de Matisse. Picasso, que entonces tenía 25 años, usó este retrato de la hija de Matisse -el primero que le obsequiara el artista 12 años mayor que él- como una diana para dardos con ventosa. Amigos y rivales durante casi 50 años, sus personalidades eran como el día y la noche: Matisse, nacido en el norte de Francia, era reservado y formal, mientras que Picasso era apasionado e impulsivo. Pero muchas las cosas los unieron, como su aproximación al cubismo y el interés por la representación de la mujer y los instrumentos musicales.