Günter Grass critica la actuación del Gobierno con el «Prestige»

Elena F. Palacios MADRID

TELEVISIÓN

El Nobel presentó una novela sobre el hundimiento de un buque alemán por un submarino ruso Afirma Günter Grass que rechaza el axioma que equipara al escritor con la conciencia moral, que él sólo opina como ciudadano, pero ayer en Madrid, ante un auditorio entregado que le escuchaba en un silencio sepulcral, volvió a hacer gala de esa lucidez que le ha convertido en uno de los intelectuales más respetados, de esa ironía sarcástica con la que agita conciencias a golpe de evidencias.

26 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Afirma Günter Grass que rechaza el axioma que equipara al escritor con la conciencia moral, que él sólo opina como ciudadano, pero ayer en Madrid, ante un auditorio entregado que le escuchaba en un silencio sepulcral, volvió a hacer gala de esa lucidez que le ha convertido en uno de los intelectuales más respetados, de esa ironía sarcástica con la que agita conciencias a golpe de evidencias. El Premio Nobel presentó dos libros publicados en España por Alfaguara. En uno de ellos, A paso de cangrejo , rememora un tema tabú: el hundimiento del buque alemán Wilhem Gustloff en 1945, abatido por un submarino soviético y que supuso la mayor tragedia naval del siglo XX con 9.000 víctimas, entre ellas 4.000 niños. Un episodio sombrío que Grass, de 75 años, ilumina con el propósito de entender el pasado para comprender la actualidad. Porque el autor de El tambor de hojalata disecciona con un bisturí de racionalidad el presente. No es ajeno a la tragedia del Prestige , comprende las protestas y la impotencia del Gobierno para solucionarla, pero denunció que no se adopten disposiciones que eviten otro drama similar e, irónicamente, dijo: «El presidente español es un poco sordomudo, porque no toma nota de las opiniones del pueblo. Quizás, recordando lo que sucedió en el 23F, sería útil que el Rey, que es un ciudadano, marchara con los manifestantes para que el Gobierno actuara». También tomó partido sobre la guerra preventiva contra Irak y criticó la posición española. «Aznar no actúa de manera democrática si no escucha a su pueblo. Hace mal aliándose con Berlusconi, y si es amigo de Bush, a los amigos hay que decirles la verdad. España es una democracia joven -siguió- y si sus dirigentes se convierten en vasallos de EE.UU. tenemos una recaída a tiempos predemocráticos». Con A paso de cangrejo, Grass ha provocado en Alemania un profundo debate y en la primera semana se vendieron 400.000 ejemplares. El escritor cree que no debe hacerse un revisionismo de la Segunda Guerra Mundial en el que se comparen cifras de crímenes. «El lápiz del carpintero» Para rescatar la tragedia del Gustloff -tapada por los alemanes, que no quisieron minar la moral de la población, y por los rusos, que evitaron difundir el asesinato de tantos inocentes-, Grass se asiste de tres generaciones: una de las supervivientes, su hijo periodista y su nieto, empeñado en destapar la verdad. «Mi tarea es contar la vida cotidiana de la gente que no deja documentos», aseguró el autor de El rodaballo , y puso como ejemplo de cómo la narrativa puede completar a los libros de Historia una novela de Manuel Rivas. «A través de El lápiz del carpintero obtuve una valiosísima información complementaria a lo que había leído sobre la Guerra Civil», dijo. El otro volumen que el Nobel presentó lleva por título Cinco decenios, un recorrido por 50 años de su obra artística.