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Muere de cáncer el bailarín y actor norteamericano Gregory Hines

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

TELEVISIÓN

KOPA

La película musical «The Cotton Club», de Coppola, consolidó su fama internacional De 57 años de edad, estaba considerado el mejor intérprete de claqué de su generación

11 ago 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

?l actor y bailarín Gregory Hines, protagonista de numerosos musicales de Broadway y también de películas y programas para la pequeña pantalla, murió el sábado en Los Ángeles, víctima del cáncer, según informó ayer su agente, Allen Eichhorn. Nacido en Nueva York hace 57 años, saltó a la fama muy pronto, danzando tap jazz a dúo con su hermano Maurice. Bailaba desde los cinco años de edad, y siempre dijo que su madre los había impulsado hacia ese arte para conseguir que escaparan del gueto. Los dos hermanos se dieron a conocer en el conocido teatro Apollo cuando Gregory sólo tenía seis años. El bailarín consiguió su primer papel en el cine en la disparatada comedia de Mel Brooks La historia del mundo, primera parte (1981) , en la que interpretó a un esclavo romano al sustituir a última hora al actor cómico Richard Pryor. Sólo tres años después Francis Ford Coppola lo lanzaría al estrellato con Cotton Club , filme en el que exhibe su maestría en el claqué -y en el que reproduce con su hermano los inicios de su carrera- pero también sus dotes para comunicar emociones. A partir de ahí actúa en películas como Noches de sol , junto al bailarín ruso Mijail Barychnikov, Apunta, dispara y corre, Un poeta entre reclutas, Esperando un respiro, La mujer del predicador, Cosas que diría con sólo mirarla o Zapatillas rojas, que él mismo dirigió . En 1992 fue merecedor de un premio Tony por su papel protagonista en el musical Jelly's Last Jam; fue candidato varias veces para los premios Emmy. A finales de los 90 tuvo su propia serie de comedia en la televisión, El show de Gregory Hines , y participó en otras series de éxito en Estados Unidos, como Will and Grace . La crítica estadounidense atribuye a Hines un papel fundamental en la supervivencia del tap jazz, que bailó con elegancia y dotes atléticas. Deja una hija, Daria, y un hijo, Zach, quien ya le había dado un nieto.