Contar una historia que fascine tanto a un niño de siete años como a un hombre de 80 porque habla de pasiones, la esencia de los seres humanos». Ésta es la intención que Carlos G. Reigosa ha perseguido en Hermano Rey Arturo , un libro de relatos que apareció primero en gallego y que ahora se publica en su versión castellana editado por Akal. Nacido en el municipio lucense de Pastoriza, donde está históricamente demostrado que se instaló una comunidad bretona, el escritor y periodista, que el próximo día 25 recibirá el Premio Fernández Latorre, no se ha podido resistir al influjo de la literatura artúrica, al que ya habían sucumbido otros grandes literatos gallegos, como Álvaro Cunqueiro. A partir de ese mundo ficticio, ideado por los siempre perdedores bretones, lleno de «magia, amor, fatalidad y proeza guerrera», según Carlos García Gual, quien intervino en la presentación, el autor de Crimen en Compostela reconstruye episodios con los que estaba en desacuerdo. En el primer cuento recoge el momento en el que Lanzarote del Lago -sin el «sir» ya que, como el autor explicó, se trata de influencia inglesa- se descubre enamorado de Ginebra, la esposa del Rey Arturo. La duda que siente el paladín se convierte es el centro de La tentación de Lanzarote. Aunque reivindica el lado humano de Merlín, se rebela contra el final que la tradición depara: encerrado en una roca por una joven de la que se había enamorado. En la versión de Reigosa, el mago se las ingenia para gozar de los amores. Arturo y su hijo Mordred protagonizan