
Blanca Fernández Ochoa tuvo que ser ingresada con fiebre El público apoyó al matador de forma inequívoca, con el 63% de los votos
11 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.El torero José Antonio Canales es el vendedor de La selva de los famosos de Antena 3. En segundo lugar quedó el ex jugador de waterpolo Miki Oca y el cantante José Manuel Soto fue el tercero. Canales no ocultó su sorpresa al saberse ganador del concurso con el 63% de los votos de la audiencia. En todo caso, su intención inmediata es regresar a su «campo» para reencontrarse con sus familiares después de más de 50 días en la selva del Amazonas. El torero explicó que ahora tiene que concentrarse en la temporada, tras una experiencia que le ha enseñado a valorar que «lo más importante en la vida es la familia». José Antonio Canales fue recibido en el plató por su familia y su novia, a la que tuvo la oportunidad de ver en la selva junto a la mujer de José Manuel Soto. El cantante también fue sorprendido durante el programa al ver entrar en el estudio a sus tres hijos. Después de haber demostrado durante el concurso que es un forofo del Betis, el jugador Alfonso le hizo entrega de una camiseta con el nombre Soto y firmada por toda la plantilla. Por su parte, Miki Oca pudo abrazar a su madre y sus hermanos, después de haber sido aclamado a la puerta de Antena 3 por amigos y parte del equipo de waterpolo femenino que entrena. Ochoa, hospitalizada Durante la gala, la única ausencia destacada fue la de Blanca Fernández Ochoa, que lleva tres días ingresada en el hospital Ramón y Cajal en observación. A la esquiadora le están realizando pruebas para determinar por qué sufre fiebre alta, vómitos e inflamación de sus extremidades inferiores. En la última prueba celebrada en la selva, Blanca Fernández Ochoa tuvo que beber un brebaje preparado por los indios, para meter la mano en un guante lleno de hormigas, cuya picadura inyecta un líquido venenoso. La deportista aconsejó a sus compañeros que tras la experiencia tienen que «quedarse con lo mejor» y olvidar las rencillas personales que algunos de ellos tuvieron. La gran final logró el 30,6% de cuota de pantalla y fue seguida por una media de 3,7 millones de espectadores. El programa tuvo una audiencia máxima de 6,5 millones de personas.