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Las escenas gallegas acaparan poco tiempo, pero son claves para entender el desenlace El estreno del decimoquinto filme del realizador manchego llenó las salas de cine
20 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.La decimoquinta película de Pedro Almodóvar, La mala educación , se elevó esta semana en España a los altares de predicación del séptimo arte, las pantallas de los cines. En Galicia, a la expectación habitual que destilan los estrenos del cineasta manchego, se añadía esta vez la curiosidad por abrir el envoltorio de las escenas filmadas en septiembre en localizaciones autóctonas, concretamente en Noia y Ortigueira. Aunque traducidas a tiempo real saben a poco, la concesión que, cualitativamente, Almodóvar hace a Galicia ocupa un versículo destacado en la liturgia de esta negra trama. Y es que en la vivienda de la casi nonagenaria Amalia Hermo, en Pontenafonso, un revelador diálogo entre los actores Fele Martínez (en la piel del director de cine Enrique Goded) y Petra Martínez (que encarna a la madre del triple personaje interpretado por Gael García Bernal) ayuda a devanar la enrevesada y oscura madeja argumental, y a desentrañar un misterio capital en este thriller habitado por fatalidades y deseos irrefrenables. Galicia se cuela a mitad de largometraje en forma de un mechero con la leyenda del hostal La Perla, en Ortigueira, que arrastra a Enrique Goded hacia el Atlántico en su afán por esclarecer las dudas que le angustian. Todo Ortigueira Aunque el grueso de las escenas gallegas acontecen en Noia, en la ficción los dos lugares aparecen identificados como Ortigueira. En la cuna del célebre festival folk, el objetivo de Almodóvar se detiene en la discoteca La Perla. En cambio, todos los exteriores pertenecen a Pontenafonso, al igual que la entrada, el desván y la salita de la casa de Amalia Hermo, donde discurren dos secuencias: la anteriormente mencionada y, otra, en la que Petra Martínez habla por teléfono con su hijo (Gael).