Alfredo Conde revisa la historia y el mito del hombre lobo de Allariz

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

TELEVISIÓN

SANDRA ALONSO

El escritor replantea la vida de Manuel Blanco Romasanta alejado de los tópicos y la leyenda La novela sirvió de base para el guión de una película que se estrenará en el Festival de Málaga

13 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Manuel Blanco Romasanta fue un asesino en serie gallego indultado por Isabel II de Borbón después de un complicado proceso judicial iniciado en Allariz en 1853 y enrevesado por una campaña de prensa que tuvo repercusión internacional en la que las supercherías científicas de la época tuvieron el suficiente peso como para convencer a la opinión pública de la condición de hombre lobo del acusado. Hasta aquí la historia. El personaje quedó después en manos de la leyenda, que se encargó de presentarlo como un vendedor ambulante inculto y supersticioso que asesinaba a sus víctimas sin ser consciente de sus actos. Así se reflejó siempre en las posteriores creaciones literarias y cinematográficas, y precisamente de esa visión quiso huir Alfredo Conde (Allariz, 1945), que prefirió reconstruir el mito a partir de documentación contrastada y de la tradición oral, en algunos casos de sus antepasados familiares, para escribir su primera novela por encargo: Romasanta, memorias incertas do home lobo . Un asesino despiadado Conde, que ayer presentó la novela en Santiago tras haberlo hecho ya en Rusia, admitió que nunca se le hubiera ocurrido abordar esta historia si no se lo hubiese pedido el presidente de Filmax, Julio Fernández, que estaba interesado en llevarla de nuevo al cine. El escritor advirtió al productor de que el hecho de que la novela sirviera de base para el guión no iba a cambiar su forma de plantearla ni su intención de no presentar a Romasanta como un gallego «zafio e inculto que pensaba que era un lobo». Conde intentó contar la historia de un «asasino despiadado» que las gentes del lugar siempre llamaron «Sacaúntos, Sacamanteigas ou incluso Home do saco», y que las clases más estudiadas del siglo XIX elevaron a fenómeno de la naturaleza.