La veracidad de «Mar adentro» sedujo a los familiares de Ramón Sampedro
TELEVISIÓN
La productora de Alejandro Amenábar hizo ayer un pase privado del largometraje en Noia Los espectadores que pudieron visionar el filme coinciden en elogiar el papel de Bardem
22 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.El retrato fiel y sensible de la biografía y de la personalidad de Ramón Sampedro que el cineasta Alejandro Amenábar logra en su último trabajo, Mar adentro, cautivó a los familiares del tetrapléjico sonense que ayer asistieron en el Coliseo Noela, en Noia, a un pase privado organizado por la productora Sogecine. Autoridades municipales de Noia y Porto do Son, localidades coruñesas donde se rodó parte de la película, y actores gallegos que salen en ella acudieron también en calidad de invitadas a esta proyección, que es la primera que se hace en tierras gallegas, luego del preestreno que tuvo lugar el martes pasado en el Fórum de las Culturas de Cataluña. Pese al excesivo celo impuesto por la productora para evitar que trasciendan comentarios sobre el largometraje, ha sido posible conocer la impresión que se llevó la familia del personaje al que encarna en la gran pantalla Javier Bardem. Uno de los sobrinos de Ramón Sampedro que visionó ayer la cinta, Luis Sampedro, declaró sentirse «encantado» con el resultado final. Ese mismo sentimiento se extiende, según aseguró, a los demás parientes que compartieron ayer butaca con él en Noia. En su opinión, Amenábar refleja fielmente cómo era su tío y, sobre todo, su humanidad y su manera de pensar y de entender la vida. Para Luis Sampedro, el largometraje desborda emotividad. «Para los que vivimos cerca de él, ver ahora la película nos hace revivir todos aquellos momentos, es muy emocional», confiesa entusiasmado. El sobrino de Sampedro no es el único que se quedó con ese sabor de boca ayer en Noia. Otras de las personas que estuvieron presentes en el pase reconocen que Mar adentro encierra sensibilidad en estado puro y que resulta difícil reprimir las lágrimas. En lo que coinciden también familiares y críticos de cine, en general, es en colocar a Javier Bardem en el pedestal más alto de la gloria interpretativa. Dicen que su caracterización, en la que empleaban cinco horas antes de cada sesión de rodaje, fascina e impresiona, tanto como su acento gallego, sus gestos y su manera de mover los labios, una mímesis exacta del sonense que dio la vuelta al mundo con su lucha sin cuartel a favor de una muerte digna. Voces de la crítica especializada de este país no dudan ya en reivindicar para Bardem la Copa Volpi de la Mostra de Cine de Venecia, donde se exhibirá la película en septiembre.