La Voz entrega mañana «En el pueblo hay caras nuevas», de Álvarez Blázquez
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La novela, finalista del Nadal, es un ejemplo del humor y la ironía aplicados a la literatura El libro podrá adquirirse con el periódico por 1,5 euros más el precio habitual del diario.
14 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.La vida en los pueblos pequeños suele ser tranquila y apacible. Los días se suceden en una agradable rutina y los deberes diarios se cumplen a un ritmo mucho más pausado que el que se pueda vivir en las apresuradas ciudades. Pero en ocasiones hay sucesos que sobresaltan esta paz, puntuada además por las actitudes de algunos vecinos, que, a pesar de la cercanía que proporciona la vecindad, pueden llenar de extrañeza y extravagancia cualquier comunidad, por modélica que sea. Algo así ocurre en la novela de Xosé María Álvarez Blázquez En el pueblo hay caras nuevas , cuya acción transcurre en un pequeño pueblo francés. El autor presenta, con sus manías, sus actos y sus pensamientos, a personajes como el coronel Le Coste, Mademoiselle Renard, Juan Grandullón, el alcalde Durand y el abate Fiterre. Álvarez Blázquez relata, de una forma casual pero con una prosa exquisita, los resabios napoleónicos del coronel, el afán por el cotilleo de la mademoiselle, la mano del alcalde para la pastelería - su profesión- o el vigor de Juan Grandullón. El humor y una ironía fina, nada de trazo grueso, empapan las páginas de En el pueblo hay caras nuevas . Un ejemplo: «Y el tiempo, ya se sabe, es mortal enemigo de las señoritas que, como la de Renard, luchan a brazo partido contra ese proceso arbitrario de la vida que hace envejecer el rostro a despecho del alma y aun del resto del cuerpo». Teñido de negro En ocasiones, este humor se tiñe de negro, como en el relato de la muerte del zapatero Moisés, causada por su propia mano al sentirse injustamente tratado por el prójimo: él, que tantas alegrías proporcionaba a los demás, jamás recibía satisfacciones. En el pueblo hay caras nuevas, que mereció ser finalista en 1945 del premio Nadal, logrará arrancar más de una carcajada del lector, que disfrutará con sus páginas.