Crónica | Música en Compostela La cantante mexicana Lila Downs ofreció ayer un espléndido recital en el Auditorio de Galicia Santiago
04 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.La de Lila Downs es una voz acompañada de los mejores sonidos. De esos sonidos que, se llamen mestizos o se llamen fusión, recogen una tradición y la proyectan. La cantante tiene ciertamente una voz prodigiosa en registros, capacidad y en una profundidad por la que asoman ecos de Mercedes Sosa o de Chavela Vargas. Tiene una voz excelente y sabe qué hacer con ella. Es una virtuosa que utiliza su virtuosismo con moderación -así lo hizo ayer en el recital que ofreció en el Auditorio de Galicia, en Santiago-, quizá al servicio de una herencia latina que brilla en sus canciones que son de antes y de ahora al mismo tiempo. En su reivindicación indígena asume todo cuanto hay de latino y queda claro que todos somos indígenas de algún lugar, aunque muchos lo hayan olvidado. En su forma de cantar está también el sentido de la recuperación: devuelve a canciones como La bamba o La Cucaracha lo que hay en ellas de popular, aunque, sin embargo, en su voz suenen más cultas.