Con una audiencia media de 2,5 millones de personas, ha ofrecido 40.000 informaciones El espacio cuesta 850.000 euros y hace dos años facturó seis millones en publicidad
07 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El programa Corazón de... celebra hoy sus 2.000 programas, todo un récord al que ha llegado a un mes de cumplir ocho años de andadura diaria, con Anne Igartiburu como presentadora. Al «Telediario de la vida social», como denomina su director, Miguel Cruz, sólo le hace sombra Los Simpson, lo que para Igartiburu no supone un problema, sino que «es todo un orgullo el que Antena 3 emita su programa más potente» para luchar contra Corazón de... En estos 2.000 programas han sido ofrecidas 40.000 informaciones sobre los personajes más destacados de la vida social, aunque, según Miguel Cruz, no es un programa más del género: «En otras televisiones se ofrecen cosas falsas, pero en una cadena pública debemos el sueldo a todos los espectadores, lo que nos obliga a contrastar y a no engañar». Miguel Cruz destacó que «sin buscar el morbo, ni falsear» tienen la misma audiencia que Salsa rosa y ¿Dónde estás corazón? . La media de audiencia en estos ocho años de Corazón de... oscila entre los 2,3 millones y el 22,4% de cuota de pantalla de sus comienzos en 1997, los 2,6 millones y el 24% récord en 2002 y los 2,5 millones y el 21,4% de este año. La audiencia se reparte entre un 37% de hombres y un 53% de mujeres. Con estos resultados, según el director, es un programa «barato y rentable», dado que tiene un presupuesto de unos 840.000 euros y, hace dos años, ingresó por publicidad unos 6 millones de euros. «Arreglada y monísima» Para que Anne Igartiburu «de la cara, arreglada y monísima» todos los días trabaja una redacción de 34 personas. «Tenemos pocos medios, vamos con el tiempo pillado con el directo, pero hacemos un programa elegante y correcto», explica la presentadora que considera a sus compañeros «como una familia» (los redactores y redactoras han sido padres de 13 niños en este tiempo y cuatro de ellas están actualmente embarazadas). Pero en estos ocho años no todo ha sido positivo. Las críticas contra los programas rosas estuvieron a punto de acabar «en cuatro o cinco ocasiones» con el espacio, porque se metía en el mismo saco que al resto del sector.