Crónica | El resurgir de un clásico El actor, cuya madre era de Ortigueira, protagoniza el «late night» de los jueves con su serie de películas más famosa, las del inocente pero al final hábil gendarme
12 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Este verano, la televisión gallega ha recuperado a uno de los personajes cinematrográficos franceses más reconocibles y entrañables, el gendarme al que daba vida Louis de Funes. TVG ha adquirido los derechos para la emisión de cuatro títulos de la serie del agente, y mañana, a las 23.30 horas, se exhibe el segundo. Los nombres de las películas del inefable inspector Cruchot son: O xendarme en Nova York, O xendarme casa, Seis xendarmes en fuga y O xendarme e os extraterrestres . La historia de Louis de Funes es singular y está íntimamente relacionada con Galicia, ya que su madre, Leonor Soto Reguera, era hija de un notario ortegano. Su padre también era español, aunque concretamente de Andalucía, el abogado Carlos Luis de Funes y de Galarza. Nacido y criado en Francia, Louis de Funés estudió cinematografía con la importante directora francesa Germaine Dulla, e interpretación con René Simón. En cuanto a su carrera como actor, la comenzó a las órdenes del director Jean Stelli. Desde 1946 Aunque su imagen se hizo conocida en España a finales de los sesenta, Louis de Funes es una figura clásica del cine francés, el eterno secundario. En 1946 debuta con el papel de un portero en La tentación de Barbizon, protagonizada por Simone Renant y François Périer. A partir de entonces su imagen se hizo habitual en el cine galo, comenzando a destacar en 1949, cuando participó en siete filmes. Eso no era nada con lo que estaba a punto de ocurrirle, ya que al año siguiente estuvo en seis películas pero desde los cincuenta su nombre era de los imprescindibles en los títulos de crédito: en 1951 participó en 16 cintas, una menos al año siguiente, diez en 1953 y en 1954 alcanzó todo un récord, actuar en 18 filmes. Su candidez, una irrefrenable simpatía y una manera muy peculiar y viva de gesticular le convirtieron en un actor de reparto muy cotizado. Sin embargo, cuando su carrera parecía mantenerse en este digno segundo plano, en 1964 estrena El gendarme en Saint Tropez , y sin que nadie se lo imaginase, la película tuvo un fabuloso éxito internacional. A partir de ese momento, Louis de Funes se colocó el uniforme de policía para contar historias llenas de humanidad y humor. Incluso cuando cambió de personalidad siguió siendo un agente, y eso ocurrió con la trilogía sobre Fantomas, en la que dio vida al comisario Juve, perseguidor del delincuente internacional. Al final de su carrera -que terminó en 1982, un año antes de su muerte-, Louis de Funes tenía un haber espectacular: actor en 146 películas, guionista de cinco filmes y hasta director de uno ( El avaro) , también se interpretó a sí mismo en dos programas de televisión. Sin embargo, uno de sus mayores logros fue romper el monopolio que sobre las pantallas de cine tenían los éxitos norteamericanos en la Europa mediterránea.