Entrevista | María de la Pau Janer La ganadora del Planeta más polémico de toda su historia considera que la opinión de Marsé «se queda en una anécdota»
16 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Un sueño agridulce con ribetes de pesadilla es el que ha vivido la última ganadora del Planeta. María de la Pau Janer (Mallorca, 1966) se adjudicó el premio mejor pagado con sus 601.000 euros de bolsa. Pero hubo de beber un trago amargo en plena noche de celebración. Juan Marsé, miembro del jurado, reiteró tras el brindis y las felicitaciones que ni la novela ganadora, Pasiones romanas, ni las demás finalistas, estaban a la altura, como había advertido la víspera del fallo. Cumplía Janer el sueño que rozó tres años atrás, cuando fue finalista del galardón, pero se tenía que tragar el sapo del exigente Marsé y soportar que su novela fuera etiquetada como «la menos mala» del premio Planeta más polémico. -Una noche de ensueño empañada por una agria polémica ¿Dolida por la crítica y la actitud de Marsé? -No. Ha sido una noche magnífica e inolvidable en el mejor sentido de la palabra. Estoy inmensamente feliz por haber ganado el Planeta. Hace sólo tres años que fui finalista con Bryce Echenique y no podía imaginar que lo tendría tan pronto junto a otro peruano, Jaime Bayly. Un miembro del jurado, Juan Marsé, discrepa por creer que los diez finalistas no son interesantes y no los valora. Con Lucía Etxebarría hizo lo mismo el año pasado. No se por qué. Quizá es muy, muy exigente. Quizá es un poco raro. No voy a juzgarlo. Su opinión es válida, merece respeto, pero se queda en una anécdota. Estoy satisfecha y convencida de mi labor. Respeto cualquier opinión, pero el juez supremo es el lector y veremos qué pasa. -De momento su novela queda lastrada y etiquetada como la menos mala de un mal año para el premio. ¿Triste? -No. Me alegro mucho de ser la menos mala. Respeto todas las opiniones y se lo agradezco a los miembros del jurado que han creído en mi novela, especialmente a Pere Gimferrer, que está cerca de mi obra y siempre ha creído en mí. - ¿Qué voces laten en «Pasiones romanas»? -Varias. Escrita en tercera persona, tiene tres protagonistas, una mujer y dos hombres, y una serie de personajes secundarios que se entrelazan. Es una novela de azar, amor y sentimientos, en la que la gran protagonista es la mujer, como suele ocurrir en mis novelas. Las emociones y las relaciones personales son los temas que nos interesan y preocupan a todos. Así era hace mil o cien años, y así será dentro de un siglo o un milenio. -¿Ha enriquecido su mundo literario? -Sí. Hace muchos años que trabajo para construir un mundo novelístico con voz propia, personal y diferente. -¿Por qué elige Roma para explorar esas pasiones? -Es una ciudad que conozco muy bien y en la que he pasado largas temporadas. He vivido en ella y narro una Roma al margen del turismo y la urgencia. Hablo de otra Roma, distinta a la monumental, a la que impacta por la riqueza y la belleza. Es la Roma cotidiana y deliciosa de las plazas y las callejuelas, del Trastévere silencioso y en invierno, en el que no hay turistas ni bulla. También transcurre parcialmente en mi tierra, en Mallorca.