Su literatura poliédrica y anticipadora mereció el galardón en el cuarto centenario del «Quijote» El jurado valoró la innovación y la labor de traductor de este desconocido para el gran público
01 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.La literatura poliédrica, anticipadora, libre y más que singular de Sergio Pitol (Puebla, México, 1933) se hizo acreedora al premio Cervantes 2005. El narrador, ensayista, traductor, diplomático y editor mexicano se adjudicó por mayoría -siete votos de diez- la edición más especial de los últimos años, la que se fallaba en el cuarto centenario de la publicación del Quijote . Lo obtuvo gracias a una obra que mezcla géneros, tan intensa como escasa y poco conocida, y en la que el jurado apreció un vivo eco cervantino y un talante innovador y adelantado a su tiempo. Como la de Cervantes, la obra de Pitol es «una constante reflexión sobre la literatura», destacó el jurado. Funcionó esta vez la ley no escrita que hace que el premio mayor de la letras españolas, dotado con más 90.000 euros, salte cada año a una orilla del Atlántico. El Cervantes no recalaba en México desde hacía 18 años, cuando en 1987 fue para Carlos Fuentes. Pitol toma el relevo del español Rafael Sánchez Ferlosio, que excusó su presencia y no se sumó a las deliberaciones del jurado «por compromiso inexcusable». En ese jurado estaba también la española Ana María Matute, que figuraba entre las aspirantes, pero optó por autoexcluir su candidatura. La candidatura de Pitol, tenido por un autor de culto, se impuso a las de grandes autores latinoamericanos como Benedetti, Bryce Echenique, Tomás Eloy Martínez, Sergio Ramírez, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso o Ricardo Piglia. Fue la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quien dio la noticia a un Pitol encantado y agradecido. «Ha reconocido que es lo más grande que podía ocurrirle, que se siente absolutamente coronado en su trabajos y esfuerzos y que es un honor inmenso recibir este premio en el año del centenario de Cervantes», trasladó.