La crítica aplaude la sensibilidad del filme al abordar el atentado Nicolas Cage encarna a un policía atrapado en las ruinas de las Torres Gemelas
09 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Los norteamericanos -y los neoyorquinos de forma especial- llevaban cinco años preguntándose si ya estaban preparados para ver en la gran pantalla los atentados que conmocionaron a todo el país, el ataque contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001. Ayer pudieron confrontar sus recuerdos y angustias con la visión que del suceso ha rodado Oliver Stone, World Trade Center , con Nicolas Cage en el papel estelar de un policía atrapado entre las ruinas del edificio al venirse abajo. Había un interés especial en ver los resultados del filme, dado el carácter polémico que Stone ha imprimido a algunas de sus anteriores películas sobre la historia de su país -sus visiones presidenciales, JFK y Nixon -, además de por la especial sensibilidad hacia un tema que ha traumatizado a muchos. Pero parece que el cineasta ha convencido. Según informó ayer la BBC, la película ha cosechado críticas positivas, que inciden en el tacto que Stone ha tenido con una cuestión tan espinosa. El crítico de The New York Times señaló como una virtud la notable ausencia de la recreación de la caída de los rascacielos: sólo está presente en las televisiones que aparecen en el filme, y son imágenes tomadas de la realidad. También se subraya la capacidad de Stone para dotar de épica al filme sin dejar de centrarse en las emociones de sus protagonistas. World Trade Center no es sólo una película sobre el ataque a las Torre Gemelas. Buena parte de la historia aborda las duras labores de rescate que se emprendieron minutos después del atentado. La acción va y viene entre el drama de los agentes aprisionados por el escombro -con ecos de buddy movie: el policía veterano con su compañero principiante- y sus familiares sufriendo. Por ello, Stone no ha seguido una perspectiva cercana al documental como la otra película estrenada este año sobre el 11-S, United 93 , sino que ha optado por la vía sentimental. «No hay minuto de la película que no sea tremendamente emotivo», escribió el crítico de The New York Times . La película también consigue recrear la confusión e impotencia que invadió la llamada zona cero en las horas después del atentado. Ausencia de política Lo que más ha llamado la atención es la ausencia de política en el filme. El entonces alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, son rostros secundarios entre el torrente de emociones. Lo mismo ocurre con los autores del ataque: Al Qaida es un nombre extraño en la película. Curiosamente, la polémica le ha llegado a Stone desde dentro. Colectivos de víctimas han cuestionado la razón de ser del filme. Son muchos los que opinan que están en su derecho de no querer ver la muerte de sus familiares en la gran pantalla, mientras que también hay voces que reclaman la necesidad de retratar la historia. Otros han dejado sentir su malestar porque Stone va a dedicar parte de la recaudación del estreno a fines benéficos: les parece una cantidad pequeña.