«Los ingleses quisieron copiar la conquista española de América»

Enrique Clemente la voz | madrid

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Entrevista | John H. Elliott Elliott analiza en su último libro la evolución de los imperios español y británico en el continente y desmonta muchos de los estereotipos y esencialismos existentes

19 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Sir John H. Elliott, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1996, es uno de los hispanistas ingleses más renombrados. Autor de La España imperial y El mundo de los validos, acaba de publicar en Taurus Imperios del mundo atlántico. España y Gran Bretaña en América (1492-1830), en el que analiza las similitudes y diferencias entre ambas colonizaciones. «Quería encontrar un equilibrio, matizar los estereotipos existentes sobre los dos imperios, señalar que hay muchos grises y no todo es blanco y negro, situar sus éxitos y fracasos en el contexto histórico y no hacer juicios desde el presente», afirma. «En la actualidad los europeos tienden a culparse por las atrocidades cometidas, pero no se dan cuenta de los logros y las aportaciones que hicieron», añade Elliott. -Existe el estereotipo de que la colonización española fue brutal y la británica más benigna. ¿Es cierto? -Es medio mentira. Ni fue tan desastre la América española ni tan magnífica la británica. Los ingleses expulsaron o marginaron a los indígenas. Los españoles cometieron muchas crueldades y atrocidades, pero hubo una mezcla de razas, un mestizaje. Los ingleses hicieron una política de segregación, de separación de las razas. La colonización española fue mucho más inclusiva que la británica. La Corona española puso mucho más empeño en la cristianización de los indios que los ingleses, que se desentendieron de ellos. -¿Cuáles fueron los grandes logros de España? -El primer logro fue cristianizar y evangelizar. El segundo, construir un sistema imperial que supo controlar y dominar espacios enormes durante tres siglos, sin rebeliones de gran envergadura hasta finales del XVIII. El tercero, explotar los minerales de México y Perú con mucho éxito durante tres siglos y crear un imperio que se autofinanciaba, no como el británico. -¿Y los fracasos? -La ausencia de instituciones representativas y la creación de una sociedad de una sola religión, monolítica. En cambio, en la América británica fueron muy importantes el pluralismo político y religioso. Su principal defecto fue la segregación de los indígenas. Los españoles intentaron integrar a todos los grupos étnicos, incluso a los esclavos. Había muchísimos negros libres en la América española, que tuvieron muchas más oportunidades que los africanos en América del Norte. -En España, desde el principio, se levantaron voces críticas con el trato que recibían los indios. ¿Hubo algo similar en Inglaterra? -No. La única persona un poco parecida a Bartolomé de las Casas fue John Elliott, que intentó evangelizar a los indios y tenía una visión humanista de cómo tratarlos. Pero no tuvo impacto, no hubo un gran debate público sobre el trato a los indios, como sí sucedió en España. -Al final del libro dice que la historia podría haber sido distinta si el rey inglés hubiera patrocinado a Colón. -Sí, lo hago para demostrar la importancia de la contingencia, de lo fortuito en la historia. La gente piensa que los españoles lo hicieron de una forma porque eran españoles y los ingleses porque eran ingleses. Yo quiero desmontar ese esencialismo. -Usted cuenta cómo los ingleses siguieron muy de cerca la conquista española. ¿Intentaron copiarla? -Sí, intentaron copiarla y fracasaron muchas veces. Cuando llegaron a Virginia intentaron imitarlos, pensando que, como ellos, encontrarían grandes poblaciones para dominar y enormes recursos de oro y plata, pero no fue así. La tomaron como modelo para no cometer sus errores. Por ejemplo, pensar que el oro y la plata lo eran todo, cuando era más importante hacer producir a la tierra.